FICHA DE TRABAJO DE LOS ALUMNOS SOBRE LA BIOGRAFÍA DE GALILEO

DATOS INFORMATIVOS BÁSICOS

COMENTARIOS PERSONALES

• definición de los términos destacados

• destacar experiencias que nos ayudan a entender su pensamiento

BIOGRAFÍA BREVE

SU VIDA: Nacido en Pisa el 15 de Febrero de 1564, Galileo era hijo de Vicenzo Galilei, músico y hombre de gran cultura. Su familia se trasladó a Florencia en 1574 y allí recibió su primera educación, esencialmente humanista, llegando a ser, entre otras cosas, un buen intérprete del laúd y un hábil dibujante. Pero su padre había pensado hacer de él un médico y en 1581 le matriculó en la universidad de Pisa. En aquella época predominaban en dicho centro los estudios basados en la filosofía y la física de Aristóteles. Asimismo, la enseñanza de la astronomía se fundaba en el sistema geocéntrico del citado filósofo, perfeccionado en el siglo II d. de C. por Claudio Tolomeo. Según este sistema, el universo era una esfera perfecta, en cuyo centro está la tierra inmóvil y en torno a ella giran los cuerpos celestes. Pero en 1532 el astrónomo polaco Nicolás Copérnico había expuesto la teoría de un sistema heliocéntrico, que consideraba el Sol inmóvil en el centro del universo y a los planetas girando a su alrededor; pero su teoría no recibió muchas aprobaciones.
 

    Dos años más tarde consiguió que un amigo de la familia, discípulo del gran matemático Tartaglia, le iniciara en las ciencias exactas. Su entusiasmo fue tan grande que abandonó la medicina para ocuparse de los problemas científicos. En esta época, y cuando contaba con tan solo 19 años de edad, Galileo hizo su primer descubrimiento. Se encontraba un día en la catedral, cuando, observando las oscilaciones de una lámpara que se iban extinguiendo lentamente, se preguntó si la duración de esas oscilaciones seguía siendo la misma a pesar de hacerse cada vez menos amplias y, empleando como reloj el latido de su pulso, comprobó que, en efecto, así ocurría. De vuelta a casa, repitió la observación con diversos cuerpos oscilantes y comprobó que la duración de las oscilaciones de cada uno de ellos permanecía constante a pesar de su progresiva disminución, de lo que dedujo que las oscilaciones de un péndulo permiten medir el tiempo. Fue un descubrimiento importantísimo, base del funcionamiento de los relojes.

    A los 25 años de edad fue nombrado profesor de la Universidad de Pisa, puesto en el que enseñó matemáticas. A partir de este momento Galileo comenzó a preocuparse por los problemas del movimiento. Su primer hallazgo fue la ley de la caída de los cuerpos, según la cual el tiempo que dos cuerpos tardan en caer es independiente de su masa. Según la leyenda, Galileo demostró esto experimentalmente: dejó caer desde lo alto de la torre inclinada de Pisa dos bolas de distinto peso y, contra lo que se esperaba según las ideas corrientes entonces, llegaron al suelo prácticamente al mismo tiempo. Debido a sus ideas revolucionarias y a problemas económicos que le persiguieron toda su vida, Galileo se vio obligado a abandonar Pisa, para enseñar en la Universidad de Padua desde 1592.
 

    Durante los 18 años que pasó en Padua, Galileo realizó los descubrimientos que le darían renombre mundial. Todo el campo de los fenómenos físicos es explorado por él. Inventó el primer termómetro, muy rudimentario, y lo aplicó a la medicina. Se interesó por la hidrostática y por el magnetismo. Su interés por la técnica le mantenía con frecuencia ocupado en su taller, donde construía, junto con un mecánico, instrumentos matemáticos. Sin embargo, fue en 1609, al construir el primer telescopio astronómico, cuando Galileo descubrió un mundo totalmente nuevo. Al dirigir su instrumento hacia el cielo, se encontró con un universo desconocido. En contra de las teorías de los escolásticos, según las cuales los cuerpos celestes eran perfectos, vio que la superficie de la Luna posee montañas valles y cráteres; asimismo el Sol, considerado hasta entonces como el símbolo más puro de la incorruptibilidad celeste, estaba cubierto de manchas. La Vía Láctea aparecía poblada por miles y miles de estrellas, hasta entonces invisibles. Venus presentaba distintas fases, como la Luna; lo cual probaba que este planeta gira en torno al Sol y que la Tierra no era el centro de todos los movimientos celestes Y, al dirigir su telescopio a Júpiter, observó que a su alrededor giraban cuatro satélites. Convencido de la verdad de la teoría heliocéntrica de Copérnico, Galileo intuyó que este descubrimiento y el de las fases de Venus aportaban una prueba decisiva a aquella hipótesis.
 

    Célebre ya mundialmente tras la publicación de sus descubrimientos en el libro " Sidereus Nuntius(1610) ", Galileo se trasladó a Florencia, donde fue nombrado primer matemático de la corte. Pero ya empezaban las primeras disputas, prólogo de la tempestad; algunos pusieron en duda la prioridad de sus descubrimientos astronómicos; otros, los aristotélicos, se alzaron en contra de los resultados de un estudio sobre los cuerpos flotantes. En 1613 la situación se hizo más grave; los descubrimientos celestes, que demostraban la verdad del sistema copernicano, le impulsaron a manifestar sus ideas, seguro de que todos se rendirían ante la evidencia de los hechos, y en cuatro cartas, de las que circularon innumerables copias (no todas exactas), intentó demostrar que la teoría del movimiento de la Tierra no se opone al contenido de las Sagradas Escrituras. Las cartas levantaron un gran alboroto y atrajeron fuertes censuras. Galileo fue denunciado a la Congregación del Santo Oficio de Roma, la cual se pronunció, en febrero de 1616, contra el sistema de Copérnico, ordenando al científico pisano que se abstuviera de enseñar, defender o tratar la doctrina copernicana. Galileo aceptó y prometió obedecer. De regreso a Florencia, a pesar de su salud ya vacilante, reemprendió los estudios, las observaciones y la preparación de nuevas obras. En 1623 publicó el Saggiatore, en el que expuso sus teorías sobre los cometas, y volvió a plantear sus descubrimientos celestes.

    Aquel mismo año fue elegido Papa, con el nombre de Urbano VIII, el cardenal Maffeo Barberini, que había celebrado en versos los descubrimientos celestes de Galileo, y éste recobró la esperanza. Tras algunos años de trabajo publicó en 1632 el "Diálogo sobre los dos sistemas máximos del mundo", en el que, aun sin proponer abiertamente una elección entre el sistema tolemaico y el de Copérnico, expuso claramente sus convicciones. La obra despertó gran admiración en toda Europa, pero cinco meses después Galileo recibió la conminación de marchar a Roma para rendir cuentas sobre su libro, considerado, con razón, como una obra de crítica y de polémica. El proceso duró cuatro meses; el 16 de junio de 1633, el el Palacio del Quirinal, el Santo Oficio condenó a Galileo, por decisión de la Santa Congregación, a la abjuración y a la cárcel, prohibiendo además el "Diálogo". El 22 de junio Galileo pronunció la abjuración. La condena a prisión fue en seguida conmutada por Urbano VIII, primero por reclusión en el jardín de la Trinitá dei Monti, luego en Siena y finalmente en Arcetri. Aquí pasó los últimos años de su vida, entristecidos por dos desgracias: la muerte de su hija Virginia, monja clarisa, y la ceguera que le sobrevino en 1637. Todo ello no fue obstáculo insuperable para proseguir sus estudios e investigaciones y mantener una animada correspondencia con amigos y admiradores Allí redacta su obra cumbre, los " Discursos y demostraciones matemáticas sobre dos nuevas ciencias"(1638). En ella resuelve, de forma matemática, el problema de la trayectoria de los proyectiles y el de la caída libre, y propone las ideas básicas de lo que será el programa de la mecánica hasta nuestros días. Murió el 8 de Enero de 1642. El mismo año nacía Isacc Newton, quien completaría la obra de Galileo y asestaría el último golpe a las ideas escolásticas.
 

    

La condena de Galileo Galilei 

“Visto, que tú, Galileo, hijo de Vincenzo Galilei, florentino, de setenta años de edad, fuiste denunciado en el ario 1615 a este Santo Oficio, por sostener como verdadera la falsa doctrina que algunos enseñan de que el Sol es el centro del mundo y está inmóvil y la Tierra se mueve, y también con un movimiento diario; por tener discípulos a quienes enseñaste la misma doctrina; por mantener correspondencia con ciertos matemáticos de Alemania respecto de las mismas; por publicar ciertas cartas tituladas Sobre las manchas solares en las que desarrollaste la misma doctrina considerándola verdadera; y por oponerte a las objeciones de las Santas Escrituras que de cuanto en cuanto hablan contra tal doctrina, al glosar las dichas Escrituras de acuerdo con la significación que tú le das; y visto que luego se presentó la copia de un documento bajo la forma de una carta en que se dice que tú la escribiste a un ex discípulo tuyo y en la que hay diferentes proposiciones que siguen la doctrina de Copérnico y que contrarían al verdadero sentido y la autoridad de las Sagradas Escrituras. 

Este Santo Tribunal, teniendo, pues, la intención de proceder contra el desorden y daño resultantes, que fueron en creciente, detrimento de la santa fe, por mandato de Su Santidad y de los eminentísimos señores cardenales de esta suprema y universal Inquisición, los calificadores teológicos calificaron del modo siguiente las dos proposiciones referentes a la estabilidad del Sol y al movimiento de la Tierra: 

1 La proposición de que el Sol es el centro del mundo y no se mueve de su lugar es absurda y falsa filosóficamente, y formalmente herética, porque contradice expresamente las Sagradas Escrituras. 

2  La proposición de que la Tierra no es el centro del mundo y no está inmóvil, sino que se mueve, y también con un movimiento diario, es igualmente absurdo y falsa en cuanto filosofía, y desde el punto de vista de la verdad teológica, es, por lo menos, errónea en la fe. (...)

 ....decimos, pronunciamos, sentenciamos y declaramos que tú, el dicho Galileo, en razón de las cuestiones aducidas en el juicio y de lo que confesaste antes, te has hecho, ante el juicio de este Santo Oficio, vehementemente sospechoso de herejía. 

Te condenamos a la prisión formal de este Santo Oficio, durante el tiempo que nos parezca y, por vía de saludable penitencia, te mandamos que durante los tres años venideros repitas una vez a la semana los siete salmos de penitencia. Nos reservamos la libertad de moderar, conmutar o anular, en todo o en parte, los mencionados castigos y penas.» ( De «Sentencia del Tribunal de la Inquisición». 22 de junio de 1633.)

«Yo, Galileo Galilei, hijo del difunto Vincenzo Galilei, de Florencia, de setenta años de edad, siendo citado personalmente a juicio y arrodillado ante vosotros, los eminentes y reverendos cardenales, inquisidores generales de la República universal cristiana contra la depravación herética, teniendo ante mí los Sagrados Evangelios, que toco con mis propias manos, juro  que siempre he creído y, con la ayuda de Dios, creeré en lo futuro, todos los artículos que la Sagrada Iglesia católica y apostólica de Roma sostiene, enseña y predica. Por haber recibido orden de este Santo Oficio de abandonar para siempre la opinión falsa que sostiene que el Sol es el centro e inmóvil, siendo prohibido el mantener, defender o enseñar de ningún modo dicha falsa doctrina, y puesto que después de haberseme indicado que dicha doctrina es repugnante a la Sagrada Escritura, he escrito y publicado un libro en el que trato de la misma condenada doctrina ‑y aduzco razones con gran fuerza en apoyo de la misma, sin dar ninguna solución; por eso he sido juzgado como sospechoso de herejía, esto es, que yo sostengo y creo que el Sol es el centro del mundo e inmóvil, y que la Tierra no es el centro y es móvil, deseo apartar de las mentes de vuestras eminencias y de todo católico cristiano esta vehemente sospecha, justamente abrigada contra mi; por eso, con un corazón sincero y fe verdadera, yo abjuro, maldigo y detesto los errores y herejías mencionados; y en general, todo error y sectarismo contrario a la Sagrada Iglesia; y juro que nunca más en el porvenir diré o afirmaré nada, verbalmente o por escrito,. que pueda dar lugar a una sospecha similar contra mí;   asimismo, si supiese de algún hereje o de alguien sospechoso de herejía, lo denunciaré a este Santo Oficio o al inquisidor y ordinario del lugar en que pueda encontrarme. Juro, además, y prometo que cumpliré y observaré fielmente todas las penitencias que me han sido o me sean impuestas por este Santo Oficio. Pero si sucediese que yo violase alguna de mis promesas dichas, juramentos y protestas (¡que Dios no quiera! ) me someto a todas las penas y castigos que han sido,  decretados y promulgados por los sagrados cánones y otras constituciones generales y particulares contra delincuentes de este tipo.  Así, con la ayuda de Dios y de sus Sagrados Evangelios, que toco con mis manos, yo, el antes nombrado Galileo Galilei,  he abjurado, prometido y me he ligado a lo antes  dicho; y en testimonio de ello, con mi propia mano he suscrito este presente escrito de mi abjuración. que he recitado palabra por palabra. 

En Roma, en el convento de la Minerva. 22 de junio de 1633: yo, Galileo Galilei,  he abjurado conforme se ha dicho antes por mi propia mano"