Hemos
visto que las
causas
y los
efectos
no pueden ser alcanzados
a priori,
sino por la
experiencia.
Pero las
causas y los
efectos no son cualidades sensibles de los objetos y, por lo tanto,
no son sensaciones en sí mismas. Cuando percibimos un objeto no podemos
predecir qué efectos producirá en un futuro tan sólo teniendo una sensación
clara del objet
o.
La sola
sensación
de un objeto no nos permite inferir sus causas y efectos. Por ejemplo
Imaginemos que es la primera vez que vemos una partida de billar. El
taco imprime su movimiento a la bolaA que se mueve hacia la bolaB. ¿Qué
ocurrirá? ¿Se quedarán quietas las dos? ¿Volverá a bolaA a su posición
inicial? ¿Rebotará hacia otra dirección?
A
priori no podríamos aventurar nada; todas las posibilidades podrían
darse. Sólo podemos dar preferencia a una posibilidad cuando tenemos
una experiencia precedente de un hecho semejante.
Ante cualquier
fenómeno
físico ¿En qué nos basamos para inferir que lo que ha venido ocurriendo
en un pasado va a ocurrir también en un futuro? Si el límite de nuestro
conocimiento son las
impresiones
actuales (o recordadas como ideas) ¿Cómo podemos tener certezas acerca
de hechos futuros si no tenemos impresión alguna de lo que puede suceder
en un futuro ?
Segun Hume, la causalida
d
es el fundamento de nuestro conocimiento fáctico. Sin embargo, las causas
no son objeto de impresión alguna. Al ser el efecto totalmente distinto
de su causa no puede descubrirse en ella. Llamamos causa a un hecho
o
fenómeno
que se produce siempre relacionado inmediatamente con otro hecho posterior
al que denominamos efecto. La relación causa-efecto no es más que la
percepción
(impresión) de varios hechos contiguos que se dan normalmente juntos.
Siempre que llueve aparecen asociados otros hechos que nosotros tomamos como efectos: nos mojamos, salen los caracoles; el tráfico se ralentiza hasta la desesperación...
Tenemos sensación de estos hechos como de una serie que siempre se repetirá de manera semejante, debido a la constancia de su sucesión en un pasado. Pero ¿Es la conexión causal una conexión necesaria?¿Siempre que llueve saldrán los caracoles? ¿Saldrá el sol mañana?
¿Que es lo que nos permite esperar que lo que en un pasado ha venido
sucediendo volverá a ocurrir con toda seguridad en un
futuro?
La creencia.
La conexión causal no es necesaria ya que su contrario no implica contradicción
alguna.
Como en el pasado siempre que ha llovido han salido los caracoles adquirimos
la costumbre de pensar que la relación lluvia-caracol se seguirá produciendo
en un futuro. Pero esta
conexión
entre lo que llamamos causa y sus efectos no tiene forzosamente que
suceder. El
hábito adquirido
por la
costumbre de ver que estos dos hechos se han producido
siempre con anterioridad no nos da el derecho de afirmar que su conexión
es
necesaria.
Las cosas pueden cambiar o dejar de funcionar en un futuro como lo han
hecho hasta ahora.
En el conocimiento de los fenómenos físicos no hay necesidad ni certeza
absoluta, sino mera
probabilidad fruto
de la creencia de que en un futuro se producirán hechos semejantes a
los que acontecieron en el pasado. La
física
ya no es un conocimiento seguro ni predictivo, sino meramente conjetural
y probable.