Información biográfica elemental

Biografía amplia

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Breve biografía                                     

B I O G R A F I A

  en casa

  • 1844  nace, hijo de un pastor protestante, en Rocken (Sajonia)

  • 1849  se queda sin padre; su familia se traslada a Naumburg. Es educado por su madre, su hermana, su abuela y dos   tias solteras, en una disciplina muy rigida y en un ambiente muy religioso. Estudia mucho los clasicos grecolatinos

universitario

  • 1864  asiste a la Universidad de Bonn.  Pierde la fe.

  • 1865  va a Leipzig a estudiar filosofia. Aqui lee "El Mundo" de Schopenhauer y se queda prendido en las redes de su  pesimismo. En esta epoca escribe "El nacimiento de la tragedia"

  catedratico

  • 1869  obtiene una catedra de filologia  clasica en Basilea. Alli  traba amistad intima con Wagner. Escribe "Consideraciones inactuales"

  • 1875  primeras crisis nerviosas. Escribe "Humano, demasiado  humano"

  • 1876  un año de descanso

  • 1879  pide la dimision y rompe con Wagner. Escribe "El viajero y su sombra"

  errante

  • 1879 - 1889  con la pension de Basilea vive continuamente en  estaciones climaticas llevado por el afan de recobrar  su salud (Suiza e Italia). En esta epoca va escribiendo: "La alegre ciencia","Asi hablo Zaratustra","Mas  alla del bien y del mal","La genealogia de la moral",  "El crepusculo de los idolos", "La voluntad de poder"

  •    1889  en los ultimos meses de 1888 escribio "El anticristo"  y "Ecce Homo". En enero de 1889 tuvo un fuerte ataque de locura en Turin, del cual ya no se recupero y no recobro mas la razon.

19OO  murio en Weimar

 

Biografia más amplia                                                 

 

1.1.            Infancia y juventud

  Federico Guillermo Nietzsche nació en Rocken, junto a Lutzen, en Sajonia, el día 15 de octubre de 1844. Su padre, Karl Ludwig, era pastor protestante en aquella parroquia, y su madre, Franciska, de familia Oehler, también era hija de eclesiástico. El ambiente religioso familiar que Federico vivió en su infancia y juventud sería de gran presencia en toda su vida y él mismo declara que "estaba muy satisfecho de haber pertenecido a una familia que se había tomado la religión en serio". A modo de leyenda polaca, él considera entre sus ascendientes a alguien de la nobleza de Polonia con apellido Niëzky.   El ambiente familiar era, pues, de religión y estudio. De esa manera se dispondrían sus años de formación, primero en las escuelas públicas y luego en la fundación Pforta. Como acontecimientos relevantes para la familia, en sus primeros años, fueron en 1846 el nacimiento de su hermana Elisabeth, quien intervendría con empeño tan absorbente en la vida y obra póstuma del hermano. En 1848 nació otro hermano, José, que murió en 1850, si bien ya en 1849 murió el padre, como consecuencia de una caída cuando bajaba la escalera de la iglesia. El golpe de la caída le ocasionó un debilitamiento cerebral que fue causa de su muerte.

  Los años siguientes los pasó la familia en Naumburg, que sería ya su residencia habitual. Nuestro filósofo se encuentra como único varón entre mujeres. Convivían con su madre y su hermana, la abuela, una tía y Alwina, la criada de su madre, que permaneció cuidando a Nietzsche hasta los últimos momentos. Tanto él como su hermana mostraron gran propensión a fuertes dolores de cabeza y a la miopía como herencia paterna.  

Estudió las primeras enseñanzas en la escuela pública de Naumburg y a los catorce años fue admitido como becario en la célebre fundación Pforta, donde habían sido alumnos Klopstock, Fichte, Schlegel, Novalis y otros. Prevalecía la formación humanística con una dura disciplina. Federico se presta al riguroso cumplimiento con rigor. En esta fundación, con sus amigos Wilhelm Pinder y Gustav Krug, fundan la unión musical Germania. Se comprometen a presentar cada uno por mes un trabajo artístico, literario, musical, arquitectónico o de cualquier arte. Entre ellos lo criticaban para estimularse y mantener así sus afanes formativos más exigentes. Aquí despierta ya su crítica a las enseñanzas y comienza su distanciamiento del cristianismo.  

1.2.      Estudios universitarios

Ingresa en la Universidad de Bonn a los veinte años para estudiar teología, conforme a la tradición familiar, y filología, según su vocación científica, surgida en Pforta. El profesor de filología griega, Friedrich Ritschl, despertó en él gran interés y entusiasmo, hasta el punto de abandonar por completo los estudios teológicos y dedicarse exclusivamente a la filología. Al curso siguiente, cuando Ritschl trasladó su cátedra a la Universidad de Leipzig, Nietzsche le siguió como discípulo adepto y ferviente. En Bonn perteneció a la sociedad estudiantil Franconia, y el ambiente universitario era de gran diversión y relajo, después de la estrechez sufrida en Pforta. Desde aquí mantiene gran amistad con su compañero Paul Deussen.

  Desde el curso siguiente, ya en la Universidad de Leipzig, dejada la teología, crece su entusiasmo por la música. Incrementa sus composiciones musicales y, por indicación de Ritschl, funda la Unión Filológica, mostrando ya su preferencia por una filología filosófica.

1.3.      Encuentro con la filosofía

  El interés por los estudios, en Nietzsche, estuvo siempre acompañado de su disposición para participar en organizaciones de tipo cultural y expansivo, que embellecía con su intensa y pretenciosa afición musical y su exigencia de rigor en el bien hacer científico de lo que acometía. Esto hizo que su preocupación por comprender con máxima exactitud los lenguajes le llevase a interpretar, a su vez, el «espíritu», la vida y el sentido de aquellos escritos.

Nietzsche quiere procurarse un método en sus estudios, como actividad práctica, para que el estudiante adquiera juicio personal y una reflexión que tenga siempre presente por qué y cómo saber. En esta época se acentúa su alejamiento por completo del cristianismo por las pretensiones de tener la verdad con exclusión de los demás. En 1865, cuando andaba a la desesperada de apenas poder confiar en nada, y empeñado en crearse una vida personal, dio con el libro de Schopenhauer  El mundo como voluntad y representación. Este libro despierta en él gran entusiasmo, porque ve que Schopenhauer ha hecho de la filosofía una tarea esencialmente práctica por la ética y la estética, y confiesa que después de Schopenhauer la vida es más interesante, aunque sea, a su vez, más odiosa.  

También recibe fuerte influencia filosófica con la lectura de Historia del materialismo, de Lange, en 1866. Con cierto ambiente poskantiano de estas lecturas filosóficas, tiene también cierta aproximación a Kant leyendo a Kuno Fischer en 1868.  

Todas estas lecturas le hacen ir imponiendo sus modos en los estudios filológicos, llenándolos de dimensión filosófica. Comparte estas preocupaciones con sus compañeros universitarios, Deussen y Gesdorff, provenientes de Pforta, y Erwin Rohde. Este sería el famoso autor de Psyché, sobre el mundo griego, y Paul Deussen abandonaría asimismo los estudios de teología para dedicarse a la filosofía hindú.  

Otro gran acontecimiento de entonces, que influiría grandemente durante varios años en su vida, fue el encuentro con Richard Wagner, el año 1868, en Leipzig. El gran compositor, que enriquecía su música con ensayos filosóficos, ídolo en los círculos schopenhauerianos, que prometía transformar la cultura alienada de entonces en formación personal. En Nietzsche concurrían su profunda afición musical y sus deseos de acción renovadora cultural con tanta fuerza, que era natural la firme adhesión al genio creador que se le presentaba, hasta que llegó el desencanto y la ruptura.  

En 1868 oye Tristán y Los maestros cantores. Tanto él como su amigo Erwin Rohde se aficionaron fuertemente a Wagner. No sólo fue el músico preferido, sino gran amigo y maestro, considerándole entonces instaurador de una nueva cultura. La amistad personal y familiar que mantuvieron hizo que contase entre sus temporadas más dichosas los días pasados en Tribsen con el matrimonio Wagner. También Elisabeth cuidará de los hijos de los Wagner cuando éstos emprenden algún viaje, y los festivales de Bayreuth se consideran una empresa tan propia de unos como de otros.

Al incorporarce Wagner con el triunfo en Bayreuth a la cultura tradicional alemana y a los halagos de lo establecido, empezó el enfriamiento de Nietzsche por Wagner, en 1872, lamentando la orientación del que fuera maestro, en alas de la popularidad y del ambiente antisemita y ficticio de los alemanes.  

l.4.       Profesor en Basilea

  El filólogo Friedrich Nietzcche llegó como profesor de filología clásica a la Universidad de Basilea (Suiza) en 1869, aproximándose a la residencia habitual de Wagner en Tribsen, junto al lago de los Cuatro Cantones. Entonces pudo fomentar e intensificar la convivencia y la promoción de sus empresas culturales. Cuando Nietzsche contaba veinticuatro años, sin que hubiera presentado su tesis doctoral, el profesor Ritschl propone al joven estudiante para profesor de filología clásica en la Universidad de Basilea. Su maestro estaba seguro de prestar un buen servicio a la Universidad, pues "nunca hasta entonces había conocido un joven a quien él hubiera procurado estimular con los medios a su alcance con respecto a su disciplina, que hubiera madurado tanto, tan pronto y siendo tan joven como este Nietzcche» (SCHLECHTA, Werke, III, p. 1361). El grado de doctor le fue conferido por la Universidad de Leipzig, sin el examen especial, considerando méritos suficientes los trabajos realizados en los años de estudio.  

Este joven filólogo causó una impresión extraordinaria, que recordaban sus mejores alumnos cincuenta años después. Sus testimonios confirman la madurez del joven profesor, su libertad de espíritu, su inconformismo en los métodos y en los programas, su sentido estricto de la justicia, su reserva en las alabanzas, su preocupación por desarrollar las personalidades, su modo de escuchar al otro y su gusto en el lenguaje. Son las características que él pedirá para los nuevos pedagogos.  

Basilea y Suiza le disponen especialmente para una mentalidad europea abierta, a relacionarse con personalidades muy diversas en intereses intelectuales y modos de vida. Coincidieron con Nietzsche en Basilea eminentes investigadores. Pudo contar con la amistad duradera de colegas como Franz Overbeck, profesor de Historia de la Iglesia, y Jakob Berkhardt, el gran historiador del Renacimiento. Entre sus diversas lecturas de entonces cuentan Don Quijote, Walter Scott, Manzoni, Voltaire y otros.  

Durante sus años de profesor explica sus cursos universitarios y también da clases de griego en el Pedagogium. Las conferencias, sobre todo aquellas referentes al "futuro de nuestras instituciones educativas", le dan cierta popularidad y vive algunos años de dedicación y entusiasmo.

Su primera publicación de alcance fue El nacimiento de la tragedia, dedicada a Wagner, en 1872. La crítica de los filólogos contra ella fue durísima, sobre todo la disputa con Wilamowitz-Möllendorf, pero entusiasmó a Wagner. Publica a continuación, anualmente, Las Inactuales y Humano, demasiado humano, en 1878, todavía ejerciendo en la Universidad. La enfermedad que ya se había hecho sentir en años anteriores se intensificó, con fuertes dolores de cabeza y de ojos, vómitos frecuentes, que le acarreaban una debilidad excesiva, y después de ir necesitando varias licencias temporales, hubo de cesar definitivamente en 1879.

  1.5.      Los años de mudanza Incesante

  En una situación precaria en extremo, el profesor Nietzsche tiene que jubilarse prematuramente y buscar el tenue alivio como sea, sosteniéndose con la modesta pensión que la Universidad de Basilea le asignó y de la que dependían también su madre y su hermana. Comienza una vida de fugitivo errante, una existencia de paseante, dirá él, sin paradero fijo, alternando las alturas de los valles alpinos en verano, preferentemente Sils-María, en la Alta Engadina de los Alpes suizos, y durante los inviernos por la Riviera italiana, el sur de Francia y otras ciudades de Italia, con breves estancias en Naumburg.  

Son terribles sus dolores de cabeza, las migrañas, el agotamiento, y bajo tanta presión deambula como un reptil agarrado a la naturaleza, a la tierra, al agua, a la vegetación, buscando el aire donde respirar como un ave. En esta época, que dura diez años hasta su derrumbe psíquico, no renuncia al esfuerzo y al trabajo, creando las obras más importantes de su filosofía.  

Testimonios propios sobre su dolorosa situación, en los últimos años de Basilea y éstos de depresión, cuando escribe El caminante y su sombra (1879), podemos leerlos en Ecce horno y en sus cartas.

A su amigo Peter Gast, 25-7-1882, le escribe: «considere cómo desde 1876 he sido, bajo muchos aspectos del alma y del cuerpo, un campo de batalla y no un ser humano». Lo recordará en Ecce homo (H. d. H., 5) con estas palabras: «Este monumento de una rigurosa autodisciplina, con la que puse bruscamente fin en mí a toda patraña superior, a todo "idealismo", a todo "sentimiento bello" y a otras debilidades femeninas que se habían infiltrado en mí, fue redactado en sus partes principales en Sorrento; quedó concluido y alcanzó forma definitiva durante un invierno en Basilea, en condiciones incomparablemente peores que las de Sorrento. En el fondo, quien tiene sobre su conciencia este libro es el señor P. Gast, que entonces estudiaba en la Universidad de Basilea y que se hallaba muy ligado a mí. Yo dictaba, con la cabeza dolorida y vendada; él transcribía, él corregía también él fue, en verdad, el auténtico escritor-, mientras que yo fui meramente el autor."

Envía el libro a Wagner y éste le hace llegar, con dedicación amistosa, su Parsifal. Nietzsche lo entiende como un "cruce de espadas" y confiesa: «Increíble! Wagner se había vuelto piadoso".  Entre los tormentos de dolor y sus alivios pasajeros escribe sus grandes obras. Aurora, 1881; El gay saber, 1882, coincidiendo con una temporada de salud que desborda su entusiasmo y es el momento en que descubre su visión del «eterno retorno", el año del encuentro con Lou Salomé  y cuando también oyó con tanto agrado Carmen, de Bizet.  Estos buenos momentos los refleja en sus declaraciones: «Fluye ininterrumpidamente la gratitud, como si hubiese ocurrido en efecto algo inesperado, la gratitud de un convaleciente, pues la convalecencia era lo inesperado> (G. 5., pról. 2.a, 1), y en Sanctus Januarius, como fundamento, seguridad y dulzura: «Quiero aprender cada vez más a ver lo necesario como bello en las cosas, y así seré uno de los que hacen bellas las cosas" (G. 5., IV, 276).  

Sigue la gran obra, como un poema y no como una serie de aforismos, Así habló Zaratustra, en 1883, 1.a y 2.a partes; en los años siguientes, la 3ª y la 4ª Entonces piensa revisar punto por punto ciertas disciplinas filosóficas y dedicarse durante cinco años a la elaboración de su filosofía.

  A este respecto son especialmente importantes Más allá de bueno y malo (1886) y Genealogía de la moral (1887), añadiendo el mismo año la reedición de algunas obras, El gay saber, con un 5º libro: «Nosotros, los sin miedo» y Cinco prólogos. Siguen en 1888 El caso Wagner, Crepúsculo de los ídolos, Nietzsche contra Wagner, El Anticristo y Ditirambos dionisíacos, aunque no todos se publicaron entonces.  

Su gran preocupación desde 1886 fue escribir una gran obra, especialmente significativa y definitiva: La voluntad de poder. Cambio de valoración de todos los valores. Esta no llegó a estar concluida, si bien algunos de los capítulos que figuran en los diversos esquemas ya aparecen en otras obras y un abundante material de trabajo quedó inédito. De todo este material pueden disponer ya los estudiosos en las buenas ediciones recientes.  

1.6.      Su enfermedad

  Desde enero de 1889 hasta su muerte en Weimar, el 25 de agosto de 1900, Nietzsche no cuenta para una actividad intelectual normal. Federico Nietzsche había sufrido crisis valetudinarias desde sus años de Pforta y fueron terribles, con los descansos imprescindibles, en sus años de Basilea, hasta tener que cesar definitivamente y seguir esforzándose por un alivio en su salud, cada día más precaria. Pero no aparece signo alguno de demencia hasta el 27 de diciembre de 1888, cuando lanza escritos breves, dirigidos a amigos y extraños, en los que se identifica a sí mismo como el Crucificado, con Dios o con Dionisos, y atribuye papeles mitológicos a sus conocidos, como Ariadna a Cosima Wagner, y hasta pone como su dirección postal el Palazzo Quirinale.

En Turín ocurre aquella escena de enfrentarse con el carrero que golpeaba a su caballo, y Nietzsche, afeándole bruscamente su acción, se abraza al animal. El primero de sus conocidos que se presenta es Franz Over­beck, después de consultar a un psiquiatra sobre los escritos que recibía de Nietzsche, acudió a Turín, se encargó del enfermo y le llevó a Basilea para hacerle ingresar en una clínica psiquiátrica. Después del tratamiento de ataque agudo, su estado fue relativamente tranquilo y se encargaron de él su madre y su hermana, trasladándole a Jena y a Naumburg. La hermana consigue hacerse tutora y depositaria de la obra del filósofo. La madre muere en 1897.  

El diagnóstico definitivo fue «una forma esquizofrénica y expansiva de la parálisis estacionaria" (JASPERS: 1963, cap. I; y Nietzsche, Labor, cap. 1), que después de los agudos ataques de 1889 dio lugar a un estado crónico de estupidez en el enfermo.

Los estudios sobre etiología de esta enfermedad se refieren a los antecedentes familiares, las jaquecas y acaso el reblandecimiento cerebral del padre, atribuido a la caída, pero que hubiera podido ser de carácter congénito, pues esta propensión a las jaquecas y la fuerte miopía se manifestó también en Elisabeth. Lange-Eichbaum estima que fue sin duda consecuencia natural de la sífilis que padeció en los años de estudiante, si bien nadie piensa que su precaria fisiología y sus proyectos de vida le permitiesen en modo alguno una práctica sexual indiscriminada y abundante.  

Como repercusión de la enfermedad en su obra, Lange-Eichbaum opina que sin ella nunca hubiera llegado Nietzsche a ser famoso en el mundo entero, debido a que la debilidad cerebral pudo actuar como inhibidora y permitir la audacia y la concreción en las expresiones del filósofo que tal vez hubieran sido imposibles con una reflexión clarividente continua en el ejercicio de todas sus facultades.  

Especial atención merece la observación de JASPERS : «antes de 1888 no estuvo mentalmente enfermo» y además «la causalidad bajo cuyo influjo se produce algo no indica nada sobre el valor de lo producido. Un discurso no hay que juzgarlo mejor o peor por el hecho de saber que el orador acostumbra beberse una botella de vino antes de hablar en público para darse ánimos».  

Nietzsche descubre precisamente en su estado de salud, en su voluntad de salud, su tensión filosófica. «Un ser típicamente enfermo no puede estar sano y menos aún sanarse a si mismo. En cambio, estar enfermo, para alguien típicamente sano, puede ser hasta un enérgico estimulante de la vida... Yo hice de mi voluntad de salud, de vida, mi filosofía» (EH., Por qué soy tan sabio, 2).  

1.7.      Biografía, filosofía y Vida

  Para el filósofo del sí a la vida y del rechazo al homo theoricus y a las filosofías idealistas, que hizo de «su voluntad de salud su filosofía», no cabe duda de que filosofía y valoración de la vida han de ir estrechamente unidas.

  Como símbolo zaratustriano leamos aquella expresión 'repetida: «¿era esto la vida?, ¡ea, pues, otra vez!", habiendo sido su biografía nada envidiable. «La vida se me ha hecho fácil, y más cuando se me exigía lo más difícil», confiesa en Ecce horno (Por qué soy tan inte­ligente, 10).

Su vivencia religiosa infantil y juvenil fortificó su intimidad y en todo saber quiso investigar siempre algo adherido al vivir expansivo de quien lo sabia, eso quiere buscar en sus ciencias del lenguaje y eso hace su filosofía.  

La filosofía, tal como yo la he entendido y vivido hasta ahora, es vida voluntaria en el hielo y en las altas montañas -búsqueda de todo lo problemático y extraño en el existir que había sido desterrado hasta ahora por la moral. (E.H., Pról., 3)

  Por todo ello su proceso filosófico habrá sido empírico y continuamente critico:

  He llegado a mi verdad por muchos caminos y de muchas maneras, no he subido por una sola escalera a la altura desde donde mis ojos miran a lo lejos.

«Y siempre me ha costado trabajo preguntar por los caminos, nunca me gustó. He preferido siempre interrogar y someter a prueba a los mismos caminos, probando e interrogando, ésa fue siempre mi manera de caminar. Y, en verdad, hay que aprender también a contestar a tales preguntas. Pero ése es mi gusto, ni bueno ni malo, sino mi gusto, del cual no tengo que avergonzarme ni por qué ocultarlo.

Este es mi camino, ¿dónde está el vuestro? Así contestaba yo a los que me preguntaban el camino. Porque el camino... el camino no existe.(A. h. Z., III, Del esp. de pesadez, 2)

  Muchas serían las alusiones a la filosofía de Nietzsche en este sentido, y en este libro se trata en la actitud filosófica nietzscheana. Parece con todo especialmente ilustrativo traer el testimonio de Lou Salomé, aquella inteligente rusa que tanto atractivo despertó en Nietzsche y quien, con visión psicológica, conoció y estudió la vida y la obra del filósofo. "Nietzsche analiza la influencia que ejercen sobre el pensamiento los cambios de humor que produce la enfermedad y la convalecencia. Analiza estos estados de alma hasta las más tenues modulaciones, y las persigue hasta las cimas en las que alcanzan la inteligencia pura" (SALOMÉ, p. 41). Y ella advierte que aquí merece tanta atención el hombre como sus escritos para comprender esta filosofía: «Tal es la razón por la cual importa que fijemos nuestra mirada en el hombre, y no en el teórico, si no queremos perdernos en la obra de Nietzsche" (ibid., p. 68).                  (Cfr. LUIS JIMÉNEZ MORENO, El pensamiento de Nietzsche. Ed.Cincel Madrid 1989. )

 CUESTIONES:

1ª     Principales etapas de su vida y algunos detalles significativos de cada una

2ª     Factores personales y sociales que influyeron en su pensamiento

3ª     Títulos significativos de 5 obras suyas

4ª     Sus estudios y su trabajo intelectual

 
Platón Tomás Descartes Kant Marx Nietzsche Ortega Zambrano
8 maestros en humanidad