(1818-1883)
A
mediados de abril de 1876, en Hamburgo, un hombre pequeño
pero robusto de larga cabellera y frondosa barba, entra en
el despacho del conocido editor Otto Meissner. Lleva bajo el
brazo un grueso manuscrito que aprieta fuertemente contra su
raída levita, como si se tratara de un ariete y fuese a
derribar con él unas enormes puertas invisibles. No se trata
de un libro más; se titula El Capital y va a
revolucionar el mundo. El ardiente brillo de resolución que
se percibe en los ojos del hombre inquieta y admira a
Meissner. El recién llegado se presenta como Karl Marx,
judío alemán de Tréveris, y emprende un monólogo entusiasta
a través del cual desgrana ante el asombrado editor los
conceptos fundamentales de su obra. Por fin, tras más de
media hora de disertación, Marx comenta con sombrío humor:
"Dudo que nadie haya escrito nunca tanto sobre el dinero
teniendo tan poco". Cuando salga de la oficina, el que es
conocido por sus fieles amigos como el Moro debido a su tez
insólitamente morena, habrá dado un paso de gigante para
conmover esas puertas invisibles que tanto detesta, y por
tanto vulnerables, a los ojos de la mayoría.
Los primeros años.
En la época del nacimiento de Marx, Tréveris era una
pequeña y hermosa ciudad que se miraba en las verdes aguas
del Mosela y en sus monumentos de la época romana, testigos
de un esplendoroso pasado. Allí los Marx vivían como hebreos
significativos; la madre de Karl era una holandesa
descendiente de rabinos, y su padre, llamado Hirschel, un
culto abogado de origen judío que muy pronto orientaría a su
hijo por la senda de la filosofia. Hirschel Marx es
consejero de justicia y se verá obligado por la monarquía
prusiana que gobierna Renania a renegar a su religión y
abrazar el protestantismo para conservar su cargo. En su
celo o en su miedo, llegará incluso a transformar su nombre
en Heinrich, que suena más cristiano. Así podrá conservar
sus ingresos y proporcionar al niño una infancia sin
sobresaltos.
Destinado a ejercer una profesión liberal, Karl estudia en
el liceo de su ciudad y consigue su diploma a los 17 años
tras unos exámenes brillantes en todas las materias salvo en
religión ,asignatura de la que no quiere oír ni hablar.
Luego ingresa en la Universidad de Bonn para seguir la
carrera de derecho, pero sus inquietudes le llevan a
profundizar en los temas de filosofla, economía e historia
que su padre le había propuesto como distracción erudita.
Este comprende que su hijo no es un estudiante del montón,
pero se inquieta porque el muchacho pasa los días encerrado
en su habitación, devorando aparentemente sin orden ni
concierto gruesos volúmenes a la luz de una lamparilla. Por
aquel entonces, el joven Marx ha intuido ya cual ha de ser
su destino, que más tarde resumirá en una frase
frecuentemente repetida: "Trabajar para la humanidad".
Pero a Karl no solo le interesan los libros. A los 18
años se enamora de Jenny Westphalen, hija de un barón amigo
de la familia que ejerce como consejero secreto de gobierno.
Es una muchacha sencilla e inteligente, considerada la más
bella de Tréveris, que corresponde a Karl con la misma
pasión que éste le profesa Pero ni los Marx ni el barón
aceptan el noviazgo. Mientras el joven prosiga sus estudios
universitarios en Berlín y Jena ,no tendrá otro consuelo
amoroso que enviar a su musa una serie de cuadernos repletos
de poesías, única evasión sentimental que se permitirá
durante toda su vida.
En 1841, tres años
después de la muerte de su padre, Karl presenta su tesis y
finaliza sus estudios. El análisis de los problemas sociales
se ha convertido en el eje de sus preocupaciones
espirituales. Escribe artículos en el Rheinische
Zeitung(Gaceta del Rin), del que pronto se convierte en
redactor jefe, y se dispone a fundar la revista
francoalemana Deutsch-franzósische
Jahrbüche(Anales franco-alemanes),; en la que va a ser
director con un sueldo fijo. La existencia de estos ingresos
regulares lo anima a casarse con Jenny tras 7 años de
noviazgo. El barón Bonn Westphalen también ha fallecido y
nadie puede oponerse ya al matrimonio, que se consuma en
1843, cuando Jenny tiene 25 años y Karl 29.
Esperanzados por la nueva publicación, los jóvenes esposos
se trasladan a París; Marx sabe que en Alemania ha agotado
sus posibilidades y ambiciona para sus propuestas sociales
un más amplio escenario europeo. Pero de la nueva revista
solo aparecerá un número, y de los tan ansiados como
necesarios ingresos, Marx recibirá solo un anticipo... ¡en
ejemplares de la publicación!. Karl se ve obligado a
recurrir a sus amigos de Colonia, que le prestarán el dinero
necesario para cubrir los gastos ocasionados por el
nacimiento de su primera hija, que se llamará Jenny, como su
madre.
Un revolucionario profesionaL
En París, Marx ha entablado amistad con alguien que será
muy importante para él a lo largo de su vida. Se trata del
economista Friedrich Engels, quien por otros caminos ha
llegado a las conclusiones de Marx en los temas de economía
política. La amistad de Marx y Engels contendrá una serie de
rasgos excepcionales. Además de la mutua simpatía surgida de
la amistad de sus caracteres es una comunidad de ideales lo
que los moverá a hermanarse para luchar, hombro con hombro,
tanto en la palestra política como en la vida cotidiana, y a
emprender juntos una vida cotidiana, y a emprender juntos
una reflexión teórica que originará obras tan fundamentales
para el pensamiento marxista como el Manifiesto
Comunista. Además, Engles es hijo de un rico industrial
de Manchester y podrá sostener económicamente a Marx
en los peores momentos.
Los artículos publicados por Marx son causa de su
expulsión de Francia ,acusado de agitador. En Bruselas
,adonde se trasladará con su esposa y su hija, ingresa en la
Liga de los Comunistas, cuya famosa contraseña era
"Proletarios de todos los paises,uníos", renuncia a la
ciudadanía prusiana y se convierte en un apátrida y un
revolucionario profesional. A partir de este momento ,su
esfuerzo teórico y su acción política estarán asociados y
serán complementarios durante toda su vida.
La febril actividad de estos años es brevemente
interrumpida por una nueva expulsión. Alarmado ante los
acontecimientos revolucionarios producidos en Francia ,el
rey Leopoldo de Bélgica ordena en la primavera de 1848 que
los soldados despejen las calles y que la policía arreste a
cuantos extranjeros resulten sospechosos. Marx es detenido y
maltratado. Su esposa Jenny es encerrada toda una noche en
una celda de prostitutas. Al día siguiente se levanta el
arresto pero se confirma la expulsión del agitador alemán y
de sus familiares. Marx recaía en Colonia, donde se le
garantiza una relativa libertad de movimientos, y se empeña
en la publicación de un gran diario del que será director y
que se llamará Neue Rheinische Zeitung.
Marx, que a la sazón cuenta 30 años, es ya la cabeza visible
de un vasto movimiento popular. También es consecuente con
sus teorías en el plano familiar. Apasionado enemigo de la
tesis de Malthus, según el cual la población humana iba a
crecer con mayor rapidez que los medios de subsistencia ,es
igualmente apasionado amante de su esposa y su descendencia
aumenta sin cesar: Laura ,su segunda hija ha nacido en
1845, y Edgar, su primer niño, poco más de un año
después. Hijos que son otros tantos lazos que unen
estrechamente a los esposos en medio de las tribulaciones.
Ante el éxito
alcanzado por el nuevo diario, las autoridades renanas no
tardarán en prohibirlo. El dinero conseguido no es
suficiente para pagar a los empleados y los suministradores,
y Marx vuelve a quedarse sin un céntimo tras empeñar todo lo
que hay en su casa de valor. Sólo queda la cubertería
que Jenny ha aportado como dote, que al fin también es
empeñada por doscientos florines, indispensables para comer,
donde sea posible, el duro pan del exilio.
Enfermedad y miseria.
Tras una penosa peregrinación por Alemania y Francia, la
familia se establece en Londres. Allí en el número 28 de
Deanstreet, residirán los Marx durante 6 largos años. La
calle se haya enclavada en el Soho, por aquel entonces el
barrio más miserable y sórdido de la gran urbe inglesa; su
piso consta de dos habitaciones. Hacinados y pobres de
solemnidad ,los esposos tendrán el coraje de traer al mundo
una nueva niña, Franziska. El único dinero que Marx puede
ganar publicando sus artículos en revistas especializadas y
políticamente inocuas es inmediatamente destinado a cubrir
las necesidades de sus hijos. Además, la madre cae enferma y
es preciso apelar a una caridad disfrazada de solidaridad
militante entre los escasos amigos londinenses. La única
evasión de Marx consiste en refugiarse en las salas de
lectura del Museo Británico, entregado a la redacción de su
obra magna: El Capital.
Por fin ,Marx es
requerido para publicar algunos de sus artículos en el
New York Tribune y las privaciones a la que la familia
ha estado sometida se suavizan un poco. Pero no tanto como
para que ,en Febrero de 1852, Marx no se vea obligado a
permanecer encerrado en su casa toda una semana al haber
tenido que empeñar su único traje. La penuria no crece, pero
sí la enfermedad ,que trae con sigo el espectro de la
muerte.
Cuando aún no ha cumplido un año, Franziska fallece víctima
de una bronquitis. El pequeño ataúd es adquirido mediante un
préstamo. En septiembre de ese mismo año ,la esposa y la
hija mayor caen enfermas. Pero en casa no hay ni un solo
penique para el médico o para medicinas. La familia se
alimenta de pan y patatas ,y Marx no tiene con que adquirir
el diario que le mantenga informado de los sucesos
internacionales, ni puede comprar papel para escribir o un
sello pare enviar sus artí culos. Afortunadamente posee un
carácter alegre capaz de sobreponerse a las penalidades más
extremas. Sigue pidiendo prestado ,continúa trabajando en
sus textos y aún tiene tiempo de cuidar a Jenny y de pasear
con sus hijos los domingos por Hyde Park.
En enero de 1855 nacerá otra niña, Eleanor. Pero poco
después fallecerá el único varón de la casa ,Edgar, que solo
cuenta 9 años. Es un golpe del que Marx nunca se repondrá.
Meses después ,en una carta dirigida a su amigo Engels,
escribirá: "He sufrido muchos contratiempos ,pero sólo ahora
sé lo que es una auténtica desgracia".
Una herencia inesperada.
Las penurias de los Marx se prolongarán, con algunos
altibajos, hasta 1 864.Karl y Jenny han estado a punto de
dejarlo todo ,buscar acomodo para sus hijas mayores y
retirarse a un asilo de menesterosos. Una vez más ,Engels
que se ha convertido en propietario de la fábrica paterna
,los ha salvado de la dramática situación enviándoles 100
libras esterlinas. Pero será una herencia inesperada lo que
permitirá a la familia vivir en adelante con cierto desahogo
en un nuevo domicilio. Un amigo expatriado como ellos,
Wilhelm Wolff, nombra a Karl principal heredero de sus
bienes. En agradecimiento, Marx le dedicará el
primer volumen de El Capital.
Entretanto ,la hijas han crecido. Jenny cuenta ya 20 años y,
como su padre, tiene los cabellos negros, los ojos vivaces y
una piel oscura que la distingue entre las pálidas damas
londinenses. Laura ,en cambio, es idéntica a su madre:
cabellos castaños y los ojos profundamente azules, siempre
risueños. En los años siguientes. ambas contraen matrimonio
,y la primogénita tendrá un hijo que llenará de dulzura los
últimos años de su abuelo. La tranquilidad financiera y
material tiene un resultado inmediato: en 1867 aparece El
Capital, la obra en la que Marx ha puesto todo su empeño
durante 18 años de trabajo intelectual y de privaciones
humillantes. Sus conceptos fundamentales, originalísimos
para la época y bastante abstractos ,no despertaron al
principio la atención que Marx esperaba. Sería preciso
aguardar muchos años para que esta obra cumbre de la
economía política fuera reconocida en su verdadera magnitud.
Al tiempo que publicaba el primer tomo de su obra y
preparaba los siguientes, Marx intervino personalmente en el
desarrollo y orientación de la Asociación Internacional de
los Trabajadores, más conocida como Primera Internacional,
pero también hubo de asistir a sus luchas internas y a su
ocaso tras la Comuna de París en i 81 7.Como consecuencia,
Marx optó por retirarse paulatinamente de la escena
política, consagrándose por entero a escribir encerrado en
su cuarto de trabajo. Allí pasea de un lado a otro al tiempo
que reflexiona ,llegando hasta el punto de marcar sobre la
alfombra un pequeño surco con sus pisadas. Aún es un hombre
robusto ,pero las secuelas de tantos años de privaciones han
aflorado en forma de una enfermedad crónica de hígado y de
frecuentes y dolorosas jaquecas. Trabaja hasta muy tarde
,pero se levanta temprano. Come rápidamente y sin apetito,
fuma sin parar y, como el cigarrillo se le apaga
constantemente mientras escribe o medita, consume una
cantidad ingente de cerillas. Burlonamente comenta que El
Capital ni siquiera le ha reportado el dinero suficiente
para pagar el tabaco consumido mientras lo escribía.
En 1 878,Jenny enferma de una dolencia incurable que
le hace padecer terribles dolores durante más de 3 años.
Karl, también enfermo, le hará compañía constantemente.
Cuando se produzca el desenlace fatal, Marx quedará sumido
en un profundo abatimiento. Un año y tres meses después ,el
14 de marzo de 1883 ,el hombre que cambió con sus obras y
con sus actos el curso de la Historia morirá sin dolor
sentado en la butaca de su estudio y quizás viendo desfilar
ante sus ojos toda tina vida de lucha y sacrificio.
Ante su tumba ,en el pequeño cementerio londinense de
Highgate y ante una nutrida concurrencia de familiares y
amigos, Engels pronunció las siguientes palabras :"Así como
Darwin ha descubierto las leyes de la naturaleza . Marx ha
descubierto las leyes de la Historia humana, ocultas hasta
ahora bajo el velo de las ideologías , comprendiendo las
necesidades imperiosas de los hombres y proponiendo
soluciones revolucionarias para satisfacerlas plenamente".
FUENTES: Grandes Biografías. De..Anaya. Vol.3º, pág 508-513
Pequeño Larousse Ilustrado. Pág.1428 ( Sintetizó Sergio
Molina Díaz )
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PARA UNA SÍNTESIS
1
- Principales datos cronológicos
2 -
Principales datos geográficos
3 -
Experiencias fuertes que tuvo en su vida
4 - Sus
inquietudes, preocupaciones, ideas .- fuerza.
5 – Los
frutos de su esfuerzo
6-
Valoración personal razonada de la personalidad y de la
aportación de Carlos Marx a la sociedad |