Ortega y Gasset, José (1883-1955) Don José Ortega y Gasset nació en Madrid. Tuvo amplia relación con Andalucía, cuya realidad fue uno de sus temas de reflexión. Málaga y Córdoba disfrutaron de su presencia.

Ficha informativa alumnos

 

 

 

      

"La claridad es la cortesía del filósofo"// "Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo // “La técnica es una vida inventada”  // “Toda técnica tiene esa dramática tendencia y cualidad de ser una fabulosa y grande “ortopedia” al servicio del hombre, la criatura mas insatisfecha de la tierra y, en esencia, infeliz”

Teoría de la complementariedad de perspectivas      Meditación sobre la técnica


La teoría de la COMPLEMENTARIEDAD DE PERSPECTIVAS.

Cada persona y cada época tiene su propia perspectiva (punto de vista)

Todas las perspectivas son parciales, nadie tiene la verdad completa, la perspectiva única válida

Las perspectivas no son contradictorias sino COMPLEMENTARIAS

                             “La verdad” está constituida por la unificación de las múltiples perspectivas, es algo que se va consiguiendo poco a poco en la medida en que se van   unificando perspectivas.

APLICACIONES:

1ª) el otro tiene un valor en sí, en cuanto sujeto de perspectivas, aunque su perspectiva no coincida en ningún momento con la mía

 el otro será más valioso en la medida en que refleje mejor su perspectiva, en la medida en que sea más fiel a su individualidad

 IMPERATIVO ABSOLUTO: ser fieles a nuestro punto de vista único

 COHERENCIA: ser fieles a nuestro punto de vista único 

2ª ¿cómo será posible organizar la convivencia?  HACIENDO UNA SÍNTESIS DE LAS PERSPECTIVAS a nivel moral, político y religioso

                        Esto implica  >>>>>>>>>  TOLERANCIA

                                             NO  renunciar a mis ideas

                                                 NO  empeñarme en que el otro renuncie a las suyas

                                                    SINO  “aceptación  de que las posiciones  del otro tienen el mismo  derecho que las mías, porque unas y otras son parciales y complementarias            

   ESTA TOLERANCIA ( que nace del perspectivismo ) ES UN VALOR POSITIVO QUE HACE POSIBLE LA CONVIVENCIA DENTRO DE LA SOCIEDAD

      LA TOLERANCIA, un imperativo para nuestro comportamiento ("Hemos de ser tolerantes")

                                        es la actitud adecuada para comprender a las otras culturas y otros puntos de vista (no son mejores ni  peores que la nuestra, sencillamente son distintas)

                                       

LA TÉCNICA EN ORTEGA
 

Zenobio Saldivia Maldonado
Magister en Filosofía de la Ciencia;
Académico Departamento de Humanidades, Facultad Humanidades y Ciencias de la Comunicación Social UTEM

 Universidad Tecnológica Metropolitana


 

Resumen

Se analiza el marco teórico que sustenta la idea de técnica en el discurso del filósof.o español José Ortega y Gasset, en especial las interrelaciones entre vida, técnica y mundo. Se focaliza la atención en las características más relevantes de los estadios de la técnica que propone Ortega y en el enfrentamiento hombre - naturaleza, como inevitable sustrato ontológico en que tiene que habérselas el ser humano en un inacabado proceso de hominización.


  1. La técnica en Ortega
Antes de precisar una definición, o las notas más relevantes de la técnica, a la manera tradicional del quehacer filosófico desde el pensamiento escrito de Ortega; lo primero que se observa en sus obras es una invitación constante a pensar sobre el hombre y su circunstancia; mejor aún, sobre la vida humana como la única perspectiva más radical desde la cual cobra sentido plantearse el problema de la técnica. A este respecto, muchos estudiosos de la obra orteguiana como Francisco Soler, José Ferrater Mora, Jorge Acevedo y otros, han destacado esta idea central del pensador nacido en Madrid en 1883.

Por ejemplo, Mora dice: "La vida humana - cada vida humana - es así para Ortega, una realidad sin la cual las demás carecerían de "lugar" propio y, por consiguiente, de sentido - si se quiere, de "sentido ontológico" (Mora, 1958). A su vez, el profesor de filosofía contemporánea de la Universidad de Chile, Jorge Acevedo, sostiene refiriéndose a lo mismo: "La vida humana es la realidad radical en cuanto ámbito en el que necesariamente tiene que aparecer cualquier otra realidad para constituirse como tal" (Acevedo, 1984). El mismo autor agrega en otro de sus trabajos: "Ante la obra de un filósofo, debemos pues, preguntar: ¿cuál es su único pensamiento? Tratándose de Ortega, la respuesta a este interrogante dice así: "el único pensamiento de Ortega es el de la vida humana; la vida humana es eso mismo de lo cual siempre dijo lo mismo" (Acevedo, 1983).

Así, las consideraciones sobre este tópico orteguiano concuerdan mayoritariamente, de modo que nuestro quehacer teórico parte de esa realidad: la vida humana entendida como un camino de infinitas posibilidades de realización de proyectos, como un plan que habla desde un futuro al presente al cual fundamenta y llena de sentido, pero por sobre todo como algo problemático y difícil. Vida humana es precisamente todo lo que no hace el animal, es todo el conjunto de actuaciones humanas realizado más allá del propósito de sostenerse zoológicamente en la naturaleza. O, como lo expresa el propio Ortega, "Para el hombre vivir es, desde luego y antes que otra cosa, esforzarse en que haya lo que aún no hay; a saber, el mismo, aprovechando para ello lo que hay; en suma es producción. Con esto quiero decir que la vida no es fundamentalmente como tantos siglos han creído: contemplación, pensamiento, teoría, ciencia" (Ortega, 1983).

Hasta aquí, observamos que la vida humana es principalmente una actividad, un estado de producción, de permanente autoconstrucción; un proceso en que la única manera de afirmarse a sí mismo, es básicamente a través de las propias tareas autoasignadas. Esta última característica, sitúa de inmediato al hombre en una situación similar al de técnico, que siempre está construyendo algo o ejecutando un proyecto determinado. Ahora bien, esta enfermiza actividad productiva en que está inmerso el hombre desde su más radical realidad, obedece a una razón ontológica: e el ser del hombre es extraño al ser del mundo; por esto, el hombre no se adapta totalmente a la circunstancia y, a diferencia del animal - cuyo ser se adapta totalmente a la naturaleza -, el hombre aparece como un ser extraño al medio y al mismo tiempo menesteroso. "Esta especie extravagante, desnaturalizada, es el hombre" (Ortega, sf.). Para satisfacer sus urgencias más vitales, se ha visto obligado a desarrollar una serie de actividades o un conjunto de mecanismos que no son netamente biológicos, con los cuales puede atender sus carencias. Estos mecanismos son los actos técnicos, los cuales se caracterizan por posibilitar la creación de uno o unos objetos determinados y porque, además de satisfacer las necesidades del ser humano, tanto las biológicas como las superfluas; tienen el mérito de imponer un cambio en la naturaleza o de lograr una "reforma "en ella.

tancia, entendida como un extenso plexo utilitario ahíto de dificultades y facilidades, el elemento físico y ontológico desde el cual el hombre trabaja su proyecto vital e histórico. Así, el hombre aprovecha las facilidades que le presenta el mundo: los elementos naturales, su cuerpo, los fenómenos físicos, las cosas, etc., en una palabra, la materia con la cual el ser humano debe habérselas y constituir su particular proyecto vital. Empero, la naturaleza no sólo le ofrece a éste facilidades, también le presenta escollos, tropiezos, carencias. O, dicho en términos orteguianos: "El hombre al tener que estar en el mundo, se encuentra con que éste es en derredor suyo una intrincada red, tanto de facilidades como de dificultades" (Ortega, 1983). Y más adelante agrega, situando al único emancipado de la naturaleza, en lo que motiva estas notas - en la técnica -: "Si nuestra existencia no fuese ya desde un principio la forzosidad de construir con el material de la naturaleza la pretensión extranatural que es el hombre, ninguna de estas técnicas existiría". ( Ortega, 1983)

Los parágrafos anteriores nos muestran el inevitable carácter ontológico del hombre, en tanto éste es el único animal que tiene su ser abierto, que tiene que vivir enfrentando a la naturaleza, construyéndose a sí mismo en un medio que no le es propicio, sino más bien adverso, y rodeado de cosas o prágmatas que tienen su ser fijo y totalmente determinado. Entre tales asuntos el hombre se mueve, realiza movimientos técnicos y se va construyendo de este modo su propio proyecto de vida. Por otra parte, el último trozo citado alude a una tautología entre la técnica y el proceso de adaptación de la naturaleza por parte del hombre.

Volver

2. Tipos de Técnica

Ortega, principalmente en su obra Meditación de la Técnica, destaca las dificultades que se presentan para precisar ciertos estadios evolutivos en lo referente al desarrollo de la técnica; o mejor aún, destaca la dificultad para determinar cuál invento o aparato técnico marca un hito histórico en el desarrollo de la técnica. Por ejemplo, Ortega sostiene que la pólvora y la imprenta, que parecen descubrimientos muy importantes propios del siglo XV, ya eran conocidos por los chinos muchos siglos atrás. Su principio clasificador es sin embargo, la relación entre el hombre y su técnica: "A mi entender, un principio radical para periodizar la evolución de la técnica es atender la relación misma entre el hombre y su técnica, o dicho en otro giro, a la idea que el hombre ha ido teniendo de su técnica, no de ésta o la otra determinadas, sino de la función técnica en general". (Ortega, 1983).

Así, Ortega divide la técnica en tres estadios evolutivos:

1. La técnica del azar.
2. La técnica del artesano.
3. La técnica del técnico.

Para el primer período, destaca tres notas relevantes:

a) El escaso repertorio de actos técnicos de que disfruta el hombre primitivo. Esto implica la existencia de una mayor animalidad y una menor humanidad, pero, por sobre todo, indica un desconocimiento de la esencia de la técnica por parte del hombre primitivo; un desconocimiento de sus posibilidades de generar cambios. "Desconoce por completo el carácter esencial de la técnica, que consiste en ser ella una capacidad de cambio y progreso, en principio, ilimitados". (Ortega, 1983)

b) La sencillez y escasez de la técnica primitiva. Esto implica necesariamente una vida en comunidad, donde todos ejercían determinados actos, v. gr.; todos los hombres, mujeres, niños se dedican a elaborar arcos, flechas, etc. También comienza a vislumbrarse cierta diferencia por sexo en estos movimientos o actos técnicos: "Que la mujer cultive el campo - fue la mujer la inventora de la técnica agrícola - le parece tan natural como que de cuando en cuando se ocupe en parir". (Ortega, 1983)

c) No hay conciencia del momento de invención dentro de la técnica. Esto significa que el hombre no se concibe aún como el inventor o creador de implementos técnicos; sino más bien atribuye a sus movimientos técnicos un sentido mágico, extranatural, ante el cual se siente acostumbrado. Ortega señala al respecto: "Todas las técnicas primitivas tienen originariamente un halo mágico y sólo son técnicas para aquel hombre por lo que tienen de magia" (Ortega, 1983).

Para el segundo nivel, la técnica como artesanía, el pensador español da algunos ejemplos de períodos históricos donde ésta se manifiesta, v. gr.; ubica aquí a la Antigua Grecia, a la Roma pre-imperial y al medievo; sus notas más relevantes son:

a) El repertorio de movimientos técnicos ha crecido enormemente. Esto implica una mayor complejidad de tales actividades.

b) Se destacan los artesanos como los poseedores de estos actos. Para tal cometido dedican su vida a este quehacer plenamente, sin incursionar en otros campos.

c) En este nivel se inventan instrumentos y no máquinas. Tal afirmación alude al hecho de que el hombre realiza nuevos movimientos técnicos ayudándose de tales implementos: en cambio, las máquinas - como veremos más adelante - actúan por sí mismas, sin requerir la presencia constante del hombre.

d) Estas actividades técnicas son principalmente un método de trabajo, un procedimiento, con lo cual el artesano aún es actor o ejecutor de su trabajo.

Finalmente, el tercer nivel: "La técnica del técnico", se alcanza - según Ortega - en las sociedades más desarrolladas y, a partir de la Revolución Industrial, se torna irreversible. Sus rasgos más esenciales podemos sintetizarlos en los siguientes puntos:

a) El uso de máquinas. Esto implica un rol pasivo por parte del hombre, como espectador de la máquina.

b) Aparece la separación entre el técnico y el obrero. El primero planifica y el segundo ejecuta.

c) El hombre tiene conciencia de su poder creador.

d) Se producen nuevos y variados proyectos de vida, estilos de vida; el hombre se siente serlo todo y por ello nada determinado, se siente vacío.

e) Se unen definitivamente ciencia y técnica, en un proceso constante de búsqueda del bienestar humano.

Ahora bien, analizados ya estos estadios evolutivos, que nuestro autor expone en "Meditación de la Técnica", que parte estudiando los movimientos técnicos del hombre, y si además tenemos presente la sugerencia que el propio Ortega nos hace en "El mito del hombre allende la técnica", en el sentido de observar la conducta del hombre desde fuera, es decir, podemos volver a exclamar, guiados por Ortega, partiendo de los movimientos que el hombre realiza con el cuerpo, aparecen otra vez los movimientos técnicos: "Mientras viva el hombre, hemos de considerar su técnica como uno de sus rasgos constitutivos esenciales, y tenemos que proclamar la tesis siguient el hombre es técnico" (Ortega, sf).

En este contexto, ya no nos queda duda alguna para situar la técnica en el substrato en que la ubica el filósofo hispano: enraizada en la vida misma.

Volver

  3. Objetivo de la Técnica
Nuestro recordado pensador español y fundador en 1914 de la "Liga de la educación política española", (Acevedo, 1984), sostiene que el objetivo de la técnica escapa a sí misma, que es algo externo a ella, su objetivo principal es liberar al hombre del tiempo que gasta en la satisfacción de sus apetencias biológicas, para que éste pueda realizar su propio proyecto vital y trascienda así la naturaleza, llegando a ser él mismo. O como lo expresa en su libro Meditación de la técnica: "La misión inicial de la técnica es ésa: dar franquía al hombre para poder pasar a ser sí mismo",y en otro parágrafo expresa; "La técnica es la producción de lo superfluo: hoy y en la época paleolítica" (Ortega, 1983). En ambas citas podemos observar un par de rasgos importantes del hecho técnico, que hemos venido destacando en estas páginas:

- La trascendencia del medio, como tarea básica e ineludible del ser humano.

- El carácter de extrañamiento del hombre en el mundo, cuyo ser está alejado del ser de la naturaleza.

Situados desde tal perspectiva, no es difícil comprender que la idea de técnica en Ortega es entendida como algo consustancial al substrato de la vida, es parte de la vida del hombre para sobrevivir y para construir otro entorno. He ahí lo paradójico, el hombre quiere y no quiere estar en el mundo, o como lo señala Ortega, "Parece evidente que el "X", que es técnico, pretende crearse un mundo nuevo" (Ortega, sf). Y, en este proceso de construcción de un mundo que queda siempre inacabado, se va haciendo a sí mismo; va dejando por doquier las huellas de su gesta de hominización.

Volver

  Bibliografía
Ferrater Mora, José (1958). Ortega y Gasset. Barcelona, Seix Barral, 1958, p. 95.
Acevedo, Jorge (1984). "La vida humana como realidad radical". En: Hombre y mundo. Santiago, Editorial Universitaria, 1984, p. 31.
Acevedo, Jorge (1983). "Hacia la idea de libertad en Ortega". En: Filosofía contemporánea. Valparaíso, Edeval, 1983. P.14.
Ortega y Gasset, José. (1983). Meditación de la Técnica. O.C.,V. Madrid, Alianza Editorial, 1983, p. 341-342.
Ortega y Gasset, José. (s.f.). Pasado y porvenir para el hombre actual. O.C., IX. Madrid, Alianza Editorial, s.f. p. 646.
Ortega y Gasset, José. (1983). Meditación de la Técnica. Op.cit. p. 324.
Ibídem, O.C.V., p. 341.
Ibídem, O.C.V., p. 338
Ortega y Gasset, José. (s.f.). "El mito del hombre allende la técnica". En: Pasado y porvenir para el hombre actual. Op-cit. p. 622.
Ortega y Gasset, José. (1983). Meditación de la Técnica. Op.cit., p. 339.
Acevedo, Jorge. Hombre y mundo. Op.cit. , p.43.
Ortega y Gasset, José. (1983). Meditación de la Técnica. Op.cit. p. 337.
Ibídem, O.C.V., p. 343.
Ibídem, O.C.V., p. 360.
Ibídem, O.C.V., p. 361.
Ibídem, O.C.V., p. 361.
Ibídem, O.C.V., p. 361.
Ortega y Gasset, José. (s.f.). "El mito del hombre allende la técnica". Op.cit., p.618.
Acevedo, Jorge. Hombre y mundo. Op.cit. , p. 27
Ortega y Gasset, J.: Meditación de la técnica, op. cit., p. 342.
Ibídem, p. 329.
Ortega y Gasset, J.: "El mito del hombre allende de la técnica", op. cit., p. 619.

 http://www.utem.cl/trilogia/p_18_7.htm#inicio

Volver