LOS ARGUMENTOS DISYUNTIVOS: I. LA DISYUNTIVA EXCLUYENTE |
Índice:
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1. El
argumento. a.
Por negación 3. Requisitos
de una disyuntiva. 1.
Exhaustiva 2.
Excluyente b.
Contrarios c.
¿Cómo sabemos que es excluyente? |
4. Argumentación. 5. Falacias 6. Diagrama 7. Resumen
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1. El argumento disyuntivo. Un argumento disyuntivo típico dice: — Has sido tú o ha sido tu hermano — Yo no he sido — Entonces, ha sido tu hermano Dicho esquemáticamente: Sólo puede ser A o B no es B Luego es A Es, pues, un argumento que se apoya
en un juicio disyuntivo, es decir, en una proposición que recoge dos posibilidades
incompatibles separadas por la conjunción o de modo que si se afirma una se
excluye la otra: O vienes o te quedas. Para resolver cuál de las
posibilidades es cierta (o más verosímil; o más conveniente) disponemos de dos
caminos: negar una o afirmar la contraria: Esto o eso; no es esto, luego es eso. Esto o eso; es esto, luego no es eso. Cicerón.[1] X es A o B pero no es B Luego
es A Si de las dos opciones se niega una,
afirmamos la otra. Debo gastar menos o ganar más. No consigo ganar más, Luego debo gastar menos. Él— ¿Construyen aquí todas las casas iguales? Ella— No. Él— Entonces hemos pasado por delante de esta casa seis veces (de la película La fiera de mi niña). En ocasiones sobran razones para
inclinarse por una de las posibilidades y rechazar la contraria. X es A o B X es A Luego no es B Mercedes no puede estar en Santiago, porque la han visto en Málaga. Afirmamos una de las posibilidades,
con lo que la otra, al ser incompatible, queda descartada.
—Faltan 50 euros en la caja y sólo usted y yo tenemos la llave. ¿Qué me dice usted de eso? —Pues mire: pongamos 25 euros cada uno y no hablemos más del asunto. ________________________________________________________________________
I. Argumentos disyuntivos son aquellos cuya primera premisa está formada por una disyunción. II. Se resuelven de dos maneras: a. Negando uno de los términos, con lo que se afirma el otro. b. Afirmando uno de los términos, lo que niega el contrario. Si consta que
el tribunal fue comprado, lo fue o por Hábito o por Opiánico. Si demuestro que no
lo fue por Hábito, pruebo que lo fue por Opiánico; y, si hago ver que lo fue
por Opiánico, eximo a Hábito de culpabilidad Cicerón.[2] ___________________________________________________________ Empleamos los juicios disyuntivos en toda
clase de cuestiones, bien enfrentando alternativas diferentes (Tuvo que ser o el lunes o el jueves),
bien una afirmación y su negación (Estuvo
o no estuvo). De esta manera exponemos siempre las controversias:
La televisión es buena o no es buena para
los niños, sean conjeturales: es posible o no es posible; nominales: se llama así o asao; de valoración:
es útil o inútil. 3. Requisitos para una disyuntiva Utilizamos las disyunciones para
expresar implícitamente que no existen más posibilidades que las presentadas y
que sólo una de ellas puede ser cierta: Está
vivo o está muerto. La disyuntiva, pues, ha de ser exhaustiva, y sus términos, incompatibles.
Es indispensable que contemple todas las posibilidades (o lo que es
igual, que sea completa), para estar seguros de que la buena respuesta se halla
entre ellas. A veces es obvio que no caben más alternativas: Lo sabía o no lo sabía. Tiene un infarto o no lo tiene. El rey está rabioso o no lo está. Cuando no es así, debemos justificar
la selección: Tuvo que ser el lunes o el jueves porque son los únicos días de consulta. No consideró más que dos posibilidades: ir al cine o quedarse en casa. Únicamente han podido intervenir la Guardia Civil o la Policía municipal. El segundo requisito exige que
solamente una de las posibilidades sea cierta, para lo cual ambas han de ser
excluyentes: no es posible que A y B sean ciertos al mismo tiempo. A excluye B B
excluye A Esto ocurre en dos ocasiones: cuando
los términos son contradictorios y
cuando son contrarios, que vamos a
examinar por separado. Los términos son contradictorios
cuando el uno niega al otro: Lo has cogido o no lo has
cogido. Es rojo o no es rojo. No cabe término medio entre una idea
y su negación. No es posible que los dos sean ciertos, ni que los dos sean
falsos. Uno ha de ser cierto y el otro falso. Son también excluyentes aquellos
términos que son incompatibles. En unos casos lo impone la propia naturaleza de
las cosas: o gato o perro. o cara o cruz. No cabe que se den los dos términos
al mismo tiempo. Sabéis bien, atenienses, que nos os es posible valeros, al mismo tiempo, de las leyes patrias y de Andócides. Una de dos, o hay que borrar las leyes, o hay que apartarse de este hombre LISIAS.[3] Son también incompatibles los que,
por voluntad de las personas se
establecen así para cerrar el paso a otras posibilidades: Esto es lo que hay: O lo tomas como está o lo dejas. O estás conmigo o estás contra mí. Aquí no cabe término medio Estas disyuntivas impuestas por la
voluntad se comportan como dilemas. Lo importante de las
disyuntivas formadas con términos
contradictorios es que son completas. Los términos contrarios son también
incompatibles entre sí, es decir, no pueden darse los dos al mismo tiempo,
pero, a diferencia de los contradictorios, ambos pueden ser falsos: ni caliente ni frío: templado. Los
contrarios no agotan el abanico de la posibilidades. Permiten un número
variable de grados entre sus extremos. Siempre cabe un término intermedio que
sea el verdadero: entre noche y día, el crepúsculo; entre blanco y negro, el gris; entre derecha e izquierda, el centro. La lista puede ser interminable: rico/pobre;
temprano/tarde; alto/bajo; alegre/triste; bueno/malo; aquí/allá;
conocido/desconocido... O gana el Madrid este partido, o lo pierde. Siempre cabe el empate que no es ni lo uno ni lo otro. Estamos pues ante
una disyuntiva cuyos términos son excluyentes (no se puede ganar y perder al
mismo tiempo) pero hemos de considerar una tercera posibilidad: A o B o ninguno de los dos. Quizá tengo yo razón y quizá la tienes tú. Pero es fácil que ambos estemos equivocados. Una disyunción de contrarios que no incluya el término medio (ni
lo uno ni lo otro), es
incompleta: ¿Qué te ha parecido la película, buena o
mala? Ni buena ni mala, regular. ¿Estaba el semáforo rojo o verde? Amarillo. O es moralmente bueno o es condenable. Es moralmente indiferente.
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I. Los requisitos que exigimos a una disyuntiva son: 1.Que sea exhaustiva, esto es, que esté completa. 2. Que sea excluyente, es decir, que sus términos se excluyan recíprocamente. II. Los términos pueden ser excluyentes en dos circunstancias: a. Cuando son contradictorios. b. Cuando son contrarios. III. Son contradictorios cuando cada uno representa la negación del otro, en cuyo caso, no queda resquicio entre ellos: no cabe término medio. X es A o B. Son disyuntivas completas. IV. Son contrarios cuando admiten un término medio. Una disyuntiva de términos contrarios presupone que ambos pueden ser falsos (ni lo uno ni lo otro) por lo cual no está completa hasta que se considera el término intermedio: X es A o B o ninguno de los dos. V. Si queremos evitar el término intermedio (y los malentendidos que provoca con frecuencia en las discusiones cotidianas), nos conviene utilizar disyuntivas contradictorias del tipo A o no-A: Es de día o no es de día. Es blanco o no es blanco. Está a la derecha o no está a la derecha. Gana el partido o no lo gana ______________________________________________________ c. ¿Cómo sabemos que una disyuntiva es excluyente? En castellano empleamos la conjunción o de manera ambigua. Puede interpretarse en sentido excluyente o en sentido no excluyente. Por ejemplo, la disyunción: O apruebas el examen o no pasarás el
curso. se interpreta inequívocamente como excluyente: o una cosa o la otra, pero no ambas a la vez. Sin embargo, la disyuntiva: Serán aprobados los que hayan superado
los exámenes parciales o el examen final. no se interpreta como excluyente: entendemos que en ambos casos se aprueba el curso: basta con que se dé cualquiera de las posibilidades, y nadie será rechazado por cumplir las dos (A o B o ambas). — ¿Qué prefieres, querida, un abrigo de
cibelina o quince días en París? — ¡Quince días en París! Además es mejor comprar allí el abrigo, ¿no te parece? Xaudaró. Algunos escritores, que desean resaltar la interpretación no excluyente, conjuran la confusión con el cabalismo y/o, que significa: uno u otro o ambos. Puede usted hablar con el Decano y/o el
Vicedecano. Mientras espera, puede usted leer y/o pasear. El equívoco no es muy importante porque, en la mayor parte de las ocasiones, el propio contexto nos permite salir de dudas. De todos modos, podemos evitar la ambigüedad añadiendo la cláusula y no ambas cosas a la vez, u otras que vienen a expresar lo mismo: una de dos, de lo contrario, la o duplicada: o...o. Son expresiones que nos ayudan para combatir cualquier malentendido. Una de
dos, o
estudias o te pones a trabajar. Deja de molestar o de lo contrario tendremos un disgusto. O los fusiles o las cadenas. O todos o ninguno, O todo o nada. Bertold Brecht. A nosotros, como hemos dicho, nos interesan las disyunciones excluyentes y así entendemos todas, salvo que se nos insinúe lo contrario (A o B pero no ambos).[4] La argumentación Para resolver una disyuntiva hemos de excluir uno de los términos. Ya hemos visto que podemos hacerlo porque lo negamos (negación) o porque afirmamos el contrario (afirmación). Argumentamos esta decisión analizando cada alternativa mediante un argumento condicional: Nos hemos quedado sin luz en casa o en todo el barrio. Si es en todo el barrio no habrá luz en la calle. Si es en casa, habrá saltado el fusible. No ha saltado el fusible Luego ha sido una avería del barrio. Es A o B Si fuera A, resultaría C Si fuera B, resultaría D Pero no resulta D Luego es A Con frecuencia excluimos una de las
posibilidades por reducción al absurdo, es decir, porque conduce a consecuencias
que serían absurdas (en términos lógicos) o imposibles o simplemente
inaceptables (en términos materiales, morales, políticos o sociales). Aquí caben dos posibilidades: negociar con los terroristas o no negociar. Negociar equivale a que una democracia supedite la voluntad popular a las coacciones de una minoría armada (absurdo). Luego no se debe negociar. Es A o B Si fuera A sería absurdo Luego es B En muchísimas ocasiones, no es
preciso desarrollar argumentalmente la disyuntiva. Es tan obvia que nos
limitamos a exponerla sin más comentarios: Tengo ahora mismo posibilidad de elegir entre
dos extremos en disyuntiva: o pasar por vuestro cómplice o acusaros Demóstenes).[5] En ocasiones transformamos la disyuntiva en otra que recoge las consecuencias. De este modo obtenemos un planteamiento más expresivo y más útil para quien tiene que decidir: Hacemos la reconversión industrial o no la hacemos Si la hacemos vamos a perder algunos empleos Si no la hacemos se hundirá la industria y perderemos todos los empleos Luego se trata de escoger entre perder algunos empleos o perderlos todos.
Es A o es B Si fuera A, resultará C Si fuera B, resultará D Luego hemos de escoger entre C o D El autor de tamaña salvajada o carece de escrúpulos o carece de cerebro Si carece de escrúpulos es un psicópata Si carece de inteligencia es un cretino De modo que estamos ante un psicópata o un cretino. Una de dos: o no tendremos plebe, o hemos de tener tribunos de la plebe.[6] Falacias en los argumentos
disyuntivos
Se produce una falacia por falsa disyunción cuando
se emplean premisas que no son ciertas, exhaustivas o excluyentes. Como,
además, el argumento disyuntivo encierra dos argumentos condicionales, puede caer en todos los errores
que caracterizan a estos. Vea ahora el diagrama
de flujo para el análisis de los argumentos disyuntivos.
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_________________________________________________________________ resumen
general de los argumentos disyuntivos
En resumen: I. Argumentos disyuntivos son aquellos cuya primera premisa está formada por una disyunción. X es A o B. II. Se resuelven de dos maneras: a. Negando uno de los términos, con lo que se afirma el otro: No es A, luego es B. b. Afirmando
uno de los términos, lo que descarta al contrario: Es A, luego no es B. III. Los requisitos que exigimos a una disyuntiva son: 1.Que sea exhaustiva, esto es, que esté completa: no cabe sino A o B. 2. Que sea excluyente, es decir, que sus términos se excluyan recíprocamente: o A o B (y no ambos). Los términos pueden ser excluyentes en dos circunstancias: a. Cuando son contradictorios. b. Cuando son contrarios. Son contradictorios cuando cada uno representa la negación del otro, en cuyo caso, no queda resquicio entre ellos: no cabe término medio. X es A o B. Son disyuntivas completas. Son contrarios cuando admiten un término medio. Una disyuntiva de términos contrarios presupone que ambos pueden ser falsos (ni lo uno ni lo otro) por lo cual no estará completa hasta que se considera el término intermedio: X es A o B o ninguno de los dos. Si queremos evitar el término intermedio (y los malentendidos que provoca con frecuencia en las discusiones cotidianas), nos conviene utilizar disyuntivas contradictorias del tipo A o no-A. IV. Se produce una falacia de falsa disyunción, cuando se emplean premisas que no son ciertas, exhaustivas o excluyentes. Como, además, encierra dos argumentos condicionales, puede caer en todos los errores que caracterizan a estos. ____________________________________________________________________
Los argumentos disyuntivos tienen
una segunda parte: Argumentos
disyuntivos II, que conviene ver cuanto antes |
[1]Cicerón:Tópicos,
56.
[2] Ídem: Pro Cluencio.
[3] Lisias: Contra
Andócides.
[4] En la Lógica Formal las cosas
ocurren al revés: la disyunción válida no es excluyente. De hecho se considera
no excluyente toda disyunción salvo que se indique lo contrario con la expresión:
pero no ambas. Para nosotros, en
cambio, toda disyuntiva ha de ser excluyente, y consideramos que siempre es
excluyente salvo que se indique lo contrario con la expresión o ambas: Aquí lo que procede es bajar las pensiones, o subir la gasolina, o
ambas cosas.
[5] Demóstenes: Sobre
la embajada fraudulenta.
[6] Tito Livio III, 52, 8.