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Raimundo Lulio

Ramon Llull o Raimundo Lulio (1232-1316), religioso y escritor, principal figura cultural de la Corona de Aragón. Su obra, vasta y diversa, resultado de un inagotable entusiasmo apostólico, representó una aportación decisiva tanto al pensamiento y a la literatura medievales como a la formación de la literatura catalana.

Nació en Palma de Mallorca, en el seno de una familia barcelonesa establecida en la isla de Mallorca a raíz de ser anexionada ésta a la Corona aragonesa por Jaime I el Conquistador en 1229. Los hechos de su vida están recogidos en un relato autobiográfico, Vida coetània (Vida coetánea), dictado a sus discípulos de la Cartuja de Vauvert (París) en 1311. Casado y padre de dos hijos, era senescal del futuro Jaime II de Mallorca y cultivaba la poesía cortesana al uso, cuando una serie de hechos, entre ellos la impresión que le causó un sermón sobre san Francisco de Asís (1263), le decidieron a emprender una vida dedicada por entero al apostolado.

Dejó su familia y sus bienes, y peregrinó a Notre Dame de Rocamadour, cerca de Toulouse, y a Santiago de Compostela. Aconsejado por san Raimundo de Peñafort, prosiguió su formación en Mallorca, donde aprendió árabe, frecuentó la abadía cisterciense de La Real y se dedicó a la vida contemplativa en una cueva del monte de Randa. En 1274 culminaba la redacción de Libre de contemplació (Libro de contemplación) y Art abreujada d’atrobar veritat (Arte abreviado de encontrar verdad), dos de las obras más representativas de su pensamiento filosófico. Al año siguiente, el teólogo franciscano Bertran Berenguer aprobaba y elogiaba los escritos de Llull. Poco después Jaime II de Mallorca, con la anuencia del Papa, le concedía los medios económicos para la fundación de un colegio de misioneros en Miramar (Mallorca).

En 1288 Llull recibió el título de doctor (magister) en la Universidad de París. No obstante, y pese a sus repetidos intentos (1297-1299, 1309-1311), sus ideas nunca serían bien acogidas en aquel centro del aristotelismo. El celo apostólico que en todo momento guió su vida le hizo concebir la creación de nuevos centros de formación de misioneros y el proyecto de una gran cruzada, a un tiempo de carácter militar y evangelizador. Con éxito muy escaso, sometió insistentemente estos planes a reyes y papas. En 1311 vio cómo el Concilio de Viena del Delfinado recogía una parte de sus propuestas.

Todo ello no le impidió desarrollar una labor estrictamente misionera en diversas expediciones por la costa sur del mar Mediterráneo. La última de ellas (1314-1316) le llevó a Túnez, donde acaso fuera martirizado. Pero se sabe que murió en Mallorca. En su capital, en la iglesia del convento de San Francisco, de cuya orden suele admitirse que fue terciario, reposan sus restos. Fue beatificado por la Iglesia católica, que celebra su festividad el 3 de julio.

 Fecunda producción como escritor. Se conserva un total de 243 obras, a menudo de difícil clasificación por la profundidad y variedad de los temas abordados, reflejan a través de modalidades expresivas tan diversas como las que exigen la filosofía, la vivencia mística, el relato realista, la poesía lírica y narrativa o la exposición didáctica, el afán por comunicar sus ideas a todo tipo de destinatarios. Fueron escritas en catalán, latín y árabe, si bien no se ha conservado ningún texto en esta última lengua; las obras rimadas, en cambio, están compuestas en un provenzal muy catalanizado.

Sus primeros escritos filosóficos respondieron al anhelo de encontrar una sistematización de ideas que iluminara con carácter definitivo la mente del infiel. Art abreujada d'atrobar veritat, reducción del conocimiento humano a un limitado número de principios que, mediante un sistema combinatorio, puede dar respuesta a todo tipo de cuestiones, es su primera formulación. Se trata de ofrecer “razones necesarias”, soslayando siempre el poco convincente principio de autoridad. El núcleo de la obra filosófica de Llull fue objeto de repetidas reelaboraciones: Art demostrativa (Arte demostrativo, 1283), Taula general (Tabla general, 1293), Lògica nova (Lógica nueva, 1303) y Ars Dei (Arte de Dios, 1308), entre otras. Pero hay que añadir que en el método de conocimiento propugnado, de tradición agustiniana y neoplatónica, confluyeron otras artes a tenor de otras dimensiones que presenta la experiencia de conocer, así Art de contemplació (Arte de contemplación, 1282-1287) o Art amativa (Arte amatorio, 1289); de forma que, dentro de la producción luliana, las obras filosóficas no pueden disociarse de otras de carácter enciclopédico, contemplativo, místico o incluso narrativo. De ello son exponente Libre de contemplació (Libro de contemplación, 1274) y Arbre de filosofía d’amor (Árbol de filosofía de amor, 1298) que bajo un mismo título reúnen en feliz síntesis todas las características antes enumeradas.