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El problema de la inducción. Inducción y probabilidad
Un razonamiento es un conocimiento mediato, es decir,
obtenido no directamente, sino mediante pasos intermedios. A su vez, los
razonamientos pueden ser deductivos o inductivos. La deducción consiste en
alcanzar una verdad particular partiendo de verdades más universales. La
inducción es el proceso inverso: consiste en llegar a una verdad universal
partiendo de casos particulares.
La lógica inductiva nace con la
filosofía moderna, especialmente con Bacon y otros filósofos de los siglos XVI y
XVII, que consideran infructífera la lógica deductiva heredada de Aristóteles ya
que no amplia nuestro conocimiento pues se limita a exponer de otra forma lo que
ya sabemos.
Aunque seamos sumamente cuidadosos al efectuar inducciones,
tenemos que ser conscientes de que estas nunca nos proporcionan una seguridad
absoluta respecto de la verdad de la conclusión. Precisamente lo distintivo de
toda inducción frente a la deducción es que son compatibles las premisas
verdaderas con una conclusión falsa. ¿Qué nos autoriza a afirmar que tal
fenómeno ocurrirá siempre así si sólo lo hemos comprobado en algunos casos,
aunque sean muchos?. El principio de inducción, que afirma que el futuro será
semejante al pasado, no es evidente de suyo ni puede ser demostrado deductiva ni
inductivamente.
La inducción adolece de un grave defecto: se basa en una
presunción, en una generalización que formulamos sin garantías suficientes. De
ahí que los filósofos de la ciencia hayan afirmado que las leyes y teorías
científicas no son más que conjeturas, hipótesis no plenamente confirmadas. O,
dicho de otra manera, si la inducción es el método de la ciencia, ésta es un
conocimiento meramente probable, pero nunca absolutamente verdadero.
Decimos que la ciencia progresa, que nuestras teorías científicas no son las de
hace unos años, sino mejores. Este progreso científico no consiste únicamente en
saber más que antes, sino también en que sabemos que lo que antes teníamos por
verdadero es falso. Progresamos no sólo ampliando nuestro saber, sino
corrigiéndolo. Cada vez que desechamos por falsa una teoría científica antes
admitida, estamos probando palpablemente el carácter probable, o sea, inseguro
del conocimiento inductivo.
Crea una frase que resume lo anterior con las
siguientes palabras:
[Comprobar] | [Reiniciar] | [Pista] |
[OK] |