SALA 15 MARCHENA |
EL ABATE MARCHENA |
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"Esas flaquezas de la humanidad de las que nunca puede quedar enteramente inmune un mísero mortal"
Su obra clave:
Lecciones de filosofía moral y elocuencia (1820)
Para llegar a Utrera |
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El Niño perdido |
Teatro Don Enrique de la Cuadra | Parroquia de Santiago |
EN POCAS PALABRAS
D. José Marchena (1768-821), utrerano, estudió humanidades y teología en
Sevilla; pero no pasó de las órdenes menores. Huyendo de la Inquisición se
refugió en Gibraltar y emigró a Francia. Alma generosa y abierta a todas las
ideas, sufrió el vértigo de la innovación, y después de haber cooperado en la
Revolución francesa, vino a morir bajo el cielo de su patria.
Su obra como traductor fue inmensa. Sabio humanista, tuvo la humorada de fingir
un texto de Petronio, realizando con tal arte su empresa, que todos los eruditos
cayeron en el lazo. Alentado con el éxito, repitió la superchería y fingió haber
descubierto versos de Catufo en un [482] pergamino de Herculano. Había pasado
con brusco salto de ortodoxo a ateo y en París estableció una escuela con el
siguiente rótulo: «Se enseña el ateísmo por principios».
Todos los sacerdotes de la escuela sevillana compartían en el fondo las ideas de
Marchena. Un hálito de criticismo volteriano había estremecido todo el clero
secular español que seguramente habría exteriorizado su descatolización. sin la
presión constante de las Órdenes religiosas. En las Cortés de Cádiz, ilustrados
presbíteros abogaban por las ideas liberales, en tanto que otros abrazaban el
partido francés por amor al mismo credo, y algunos se expatriaban para abjurar
públicamente su perdida fe.
Tengo por innegable que en el alma de Marchena subsista un fondo de candor y
generosidad visible aun en sus supercherías literarias que trascienden a bromeo
andaluz. De la insólita claridad de su mente bastará a dar idea el siguiente
hecho: Deseando el general Moreau poseer una estadistíca de cierta región
alemana imperfectamenle conocida, Marchena aprendió en brevísimo tiempo alemán,
leyó todo cuanto sobre el asunto se había escrito y redactó la estadística como
si fuera consumado topógrafo.
Poeta de la duda positiva que minaba su conciencia, no la guisa de los modernos
retóricos, exclamaba:
«¿Quién sabe si es la muerte mejor vida?
Marchita su juventud, acaso los anteriores versos dentaban un reflorecimiento de
su prístina educación que le hizo dudar de su ateísmo. Profesa la moral de la
naturaleza, combate el ascetismo; mas no se halla en su pensamiento nada
sistemático. Tenía mucho talento, mucha erudición [483], mucha gracia; pero sus
aptitudes parecían flores malogradas que daban aromas al aire por no haber
hallado la dama merecedora de lucirlas o aspirarlas, el altar que embalsamar con
su aliento y adornar con sus colores.
En el prólogo a sus Lecciones de filosofía moral y elocuencia (1820), presenta
al Dios de los cristianos como espíritu inextenso que llena el espacio y el
tiempo y ve todas las verdades posibles, de donde infiere que los milagros son
indignos de la Majestad divina.
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MARCHEAN Escudo de Utrera
Opinión de un utrerano | ¿Quién
es para usted el utrerano más importante de la historia?
R: El Abate Marchena, por su universalidad, una mente
privilegiada, y por supuesto un “maldito” en la España del absolutismo.
( Emilio Caraballo Roldán ) |
R: El Abate Marchena, por su universalidad, una mente privilegiada, y por supuesto un “maldito” en la España del absolutism
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