Algunos textos de Historia de la Filosofía ya analizados

que pueden servir de base para los comentarios de textos

  Algunos textos kantianos ya analizados  

Algunos textos de Marx ya analizados

  Algunos textos de Nietzsche ya analizados  

Algunos textos de Ortega

 

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Algunos textos de María Zambrano

 

Algunos textos kantianos ya analizados


1.    (TESIS) Ni en el mundo, ni, en general, tampoco fuera del mundo, es posible pensar nada que pueda pensarse como bueno sin restricción, a no ser tan sólo una buena voluntad.  (Con tus palabras =      )

(Razones)

((1)) El entendimiento, el gracejo, el juicio, o como quieran llamarse los talentos del espíritu; el valor, la decisión, la perseverancia en los propósitos, como cualidades del temperamento, son sin duda, en muchos aspectos buenos y deseables; pero también pueden llegar a ser extraordinariamente malos y dañinos si la voluntad que ha de hacer uso de estos dones de la naturaleza (...) no es buena. (Con tus palabras =    )

((2))Lo mismo sucede con los dones de la fortuna. El poder, la riqueza, la honra, la salud misma y la completa satisfacción y el contento del propio estado, bajo el nombre de felicidad, dan valor, y tras él, a veces arrogancia, si no existe una buena voluntad que rectifique y acomode a un fin universal el influjo de esa felicidad y con él el principio todo de la acción( .... )  (Con tus palabras =      )

 2. (TESIS)   La buena voluntad no es buena por lo que efectúe o realice, no es buena por su adecuación para alcanzar algun fin que nos hayamos propuesto; es buena sólo por el querer, es decir, es buena en si misma.  (Con tus palabras =    )

(Explicación) Considerada por si misma, es, sin comparación, muchísimo más valiosa que todo lo que por medio de ella pudiéramos verificar en provecho o gracia de alguna inclinación y, si se quiere, de la suma de todas las inclinaciones.

(Un ejemplo) Aun cuando, por particulares enconos del azar o por la mezquindad de una naturaleza madrastra, le faltase por completo a esa voluntad la facultad de sacar adelante su propósito; si, a pesar de sus mayores esfuerzos, no pudiera llevar a cabo nada y sólo quedase la buena voluntad -no desde luego como un mero deseo sino como el acopio de todos los medios que están en nuestro poder-, seria esa buena voluntad como una joya brillante por si misma, como algo que en si mismo posee su pleno valor. La utilidad o la esterilidad no pueden ni añadir ni quitar nada a ese valor (. . . ) 

3.    Para desenvolver el concepto de una voluntad (1) digna de ser estimada por si misma, de una voluntad buena (2) sin ningún propósito ulterior, (3) tal como ya se encuentra en el sano entendimiento natural, (4) sin que necesite ser enseñado, sino, (5) más bien explicado, (para desenvolver ese concepto - YA) que (6)se halla siempre en la cúspide de toda la estimación que hacemos de nuestras acciones y (7) que es la condición de todo lo demás, vamos a considerar el concepto del deber  (MOTIVO)  (por)que contiene el de una voluntad buena,

  (Con tus palabras =        )

 

4 - Prescindo aquí de todas aquellas (1) acciones conocidas ya como contrarias al deber, aunque en este o aquel sentido puedan ser útiles; en efecto, en ellas ni siquiera se plantea la cuestión de si pueden suceder por deber, puesto que ocurren en contra de éste .

También dejar a un lado las (2) acciones que , siendo realmente conformes al deber, no son de aquéllas hacia las cuales el hombre siente inclinación inmediatamente; pero, sin embargo, las lleva a cabo porque otra inclinación le empuja a ello. En efecto, en estos casos puede distinguirse muy fácilmente si la (3) acción conforme al deber ha sucedido por deber o por una intención egoísta. Mucho más difícil de notar es esa diferencia cuando la acción es conforme al deber y el sujeto, además, tiene una inclinación inmediata hacia ella.

Por ejemplo:  (conforme al deber, pero no por deber sino por otra inclinación) es conforme al deber que el mercader no cobre más caro a un comprador inexperto; y en los sitios donde hay mucho comercio, el comerciante avisado y prudente no lo hace, en efecto, sino que mantiene un precio fijo para todos en general, de suerte que un niño puede comprar en su casa tan bien como otro cualquiera. Así, pues, uno es servido honradamente. Mas esto no es ni mucho menos suficiente para creer que el mercader haya obrado así por deber, por principios de honradez: su provecho lo exigía; (. . . )

 (Nuestros actos en relación con el deber

 

5 -En cambio, (Otro ejemplo) conservar cada cual su vida es un deber, y además todos tenemos una inmediata inclinación a hacerlo así.

Mas, por eso mismo, el cuidado angustioso que la mayor parte de los hombres pone en ello no tiene un valor interior, y la máxima que rige ese cuidado carece de un contenido moral. Conservan su vida conformemente al deber, sí; pero no por deber.

 En cambio, cuando las adversidades y una pena sin consuelo han arrebatado a un hombre todo el gusto por la vida, si este infeliz, con ánimo entero y sintiendo mas indignación que apocamiento o desaliento, y aun deseando la muerte, conserva su vida sin amarla, sólo por deber y no por inclinación o miedo, entonces su máxima si tiene un contenido moral. (En este caso es por deber...)

(Tres casos posibles:

·       Contra el deber: suicidarse

·       Conforme al deber (no suicidarse) pero por otro motivo externo ( miedo al dolor, etc)

·       Conforme al deber (no suicidarse) por deber de conciencia (escucho una voz interna que me dice “respeta tu vida” y por seguir esta voz, respeto mi vida))

 

6.  La segunda proposición es esta: una acción hecha por deber tiene su valor moral, no en el propósito que por medio de ella se quiere alcanzar, sino en la máxima por la cual ha sido resuelta; no depende, pues, de la realidad del objeto de la acción, sino meramente del principio del querer, según el cual ha sucedido la acción, prescindiendo de todos los objetos de la facultad del desear.

Por lo anteriormente dicho se ve con claridad que

los propósitos que podamos tener al realizar las acciones, y los efectos de éstas, considerados como fines y motores de la voluntad, no pueden proporcionar a las acciones ningún valor absoluto y moral.

 ¿Dónde pues, puede residir este valor, ya que no debe residir en la voluntad, en relación con los efectos esperados?

No puede residir sino en el principio de la voluntad, prescindiendo de los fines que puedan realizarse por medio de la acción (...). 

 

7.    La tercera proposición, consecuencia de las dos anteriores, la formularía yo de esta manera (introducción):

el deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley . .... ) (Clave)

Una acción realizada por deber tiene que excluir por completo el influjo de la inclinación, y con ésta todo objeto de la voluntad;

no queda, pues, otra cosa que pueda determinar la voluntad, si no es, objetivamente, la ley y, subjetivamente el respeto puro a esa ley práctica

y, por tanto, la máxima de obedecer siempre a esa ley, aun con perjuicio de todas mis inclinaciones

(Un ejemplo) Aun cuando, por particulares enconos del azar o por la mezquindad de una naturaleza madrastra, le faltase por completo a esa voluntad la facultad de sacar adelante su propósito; si, a pesar de sus mayores esfuerzos, no pudiera llevar a cabo nada y sólo quedase la buena voluntad -no desde luego como un mero deseo sino como el acopio de todos los medios que están en nuestro poder-, seria esa buena voluntad como una joya brillante por si misma, como algo que en si mismo posee su pleno valor. La utilidad o la esterilidad no pueden ni añadir ni quitar nada a ese valor (. . . )   

 8.    Pero ¿cuál puede ser esa ley cuya representación, aun sin referimos al efecto que se espera de ella, tiene que determinar la voluntad para que ésta pueda llamarse buena en absoluto y sin restricción alguna? (CUESTIÓN)

Como he sustraído la voluntad a todos los afanes que pudieran apartarla del cumplimiento de una ley,  (Motivo)

(Clave de la respuesta)no queda nada más que la universal legalidad de las acciones en general -que debe ser el único principio de la voluntad-; es decir, yo no debo obrar nunca más que de modo que pueda querer que mi máxima deba convertirse en ley universal. (...) 

9.    Para saber lo que he de hacer para que mi querer sea moralmente bueno, no necesito ir a buscar muy lejos una penetración (comprensión o estudio) especial.

·        Inexperto en lo que se refiere al curso del mundo, 

·        incapaz de estar preparado para los sucesos todos que en él ocurren,

·         bástame preguntar: ¿puedes querer que tu máxima se convierta en ley universal? ( = ¿ TE PARECERÍA RAZONABLE QUE TODOS ACTUASEN COMO TÚ? )

Si no (puedo querer que mi máxima se convierta en ley universal), es una máxima reprobable,

la razón me impone respeto inmediato por esta universal legislación, de la cual no conozco aún el fundamento -que el filósofo habrá de indagar-. (. . . )

 

10. Y en esta coyuntura,

·        para impedir que caigamos de las alturas de nuestras ideas del deber,

·        para conservar en nuestra alma el fundado respeto a su ley,

nada como la convicción ( CONVENCIMIENTO, CERTEZA) clara de que no importa que no haya habido nunca acciones emanadas de esas puras fuentes ( ACTUAR POR DEBER Y COMO REGLA UNIVERSAL)  (TESIS), que no se trata aquí de si sucede ésto o aquéllo, sino de que la razón, por si misma e independientemente de todo fenómeno, ordena lo que debe suceder (. ....); así, por ejemplo, ser leal en las relaciones de amistad no podría dejar de ser exigible a todo hombre, aunque hasta hoy no hubiese habido ningún amigo leal, porque este deber reside, como deber en general, antes que toda experiencia, en la idea de una razón que determina la voluntad por fundamentos a priori . (. . . ) (TESIS) El peor servicio que puede hacerse a la moralidad es quererla deducir de ciertos ejemplos. Porque cualquier ejemplo que se me presente de ella tiene que ser a su vez previamente juzgado según principios de la moralidad, para saber si es digno de servir de ejemplo originario, esto es, de modelo; y el ejemplo no puede ser en manera alguna el que nos proporcione el concepto de la moralidad. (. . . )   (No vale la ética paradigmática = basada en los ejemplos de otras personas)

11. En una filosofía práctica

·        donde no se trata para nosotros de admitir fundamentos  (= el por qué ) de lo que sucede,

sino leyes de lo que debe suceder, aún cuando ello no suceda nunca (. . . )

·        no necesitamos instaurar investigaciones acerca de los fundamentos de por qué unas cosas agradan o desagradan

·        no necesitamos investigar en qué descanse el sentimiento de placer y dolor, y cómo de aquí se originen deseos e inclinaciones y de ellas máximas, por la intervención de la razón, (...)

·        porque si la razón por si sola determina la conducta ha de hacerlo necesariamente a priori . .... (a priori = anterior a la experiencia) )   (Crítica de la ética de Hume)

11.Todos los imperativos

·        exprésanse por medio de un "deber ser"

·        y muestran así la relación de una ley objetiva de la razón a una voluntad

·        que, por su constitución subjetiva, no es determinada necesariamente por tal ley (una constricción). (somos libres)

·        (Comentario)  Dicen que fuera bueno hacer u omitir algo; pero lo dicen a una voluntad que no siempre hace algo sólo porque se le represente que es bueno hacerlo. Es, empero, prácticamente bueno lo que determina la voluntad por medio de representaciones de la razón y, consiguientemente, no por causas subjetivas, sino objetivas, (=) esto es, por fundamentos que son válidos para todo ser racional como tal . .... ) 

12.Pues bien, todos los imperativos mandan, ya hipotética, ya categóricamente. (. . . )

Ahora bien, (A) si la acción es buena sólo como medio para alguna otra cosa, entonces el imperativo es hipotético; pero (B) si la acción es representada como buena en sí, esto es como necesaria en una voluntad conforme en si con la razón, como un principio de tal voluntad, entonces el imperativo es categórico. 

13.El imperativo categórico

·        es, pues, único,

·        y es como sigue: obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal. (. . . ) 

14.La universalidad de la ley por la cual suceden efectos constituye lo que se llama naturaleza en su más amplio sentido; esto es, la existencia de las cosas, en cuanto que está determinada por leyes universales. Resulta de aquí que el imperativo universal del deber puede formularse: obra como si la máxima de tu acción debiera tornarse, por tu voluntad, ley universal de la naturaleza (. . . )

15. En una filosofía práctica

·        donde no se trata para nosotros de admitir fundamentos  (= el por qué ) de lo que sucede,

sino leyes de lo que debe suceder, aún cuando ello no suceda nunca (. . . )

·        no necesitamos instaurar investigaciones acerca de los fundamentos de por qué unas cosas agradan o desagradan

·        no necesitamos investigar en qué descanse el sentimiento de placer y dolor, y cómo de aquí se originen deseos e inclinaciones y de ellas máximas, por la intervención de la razón, (...)

16. Pero suponiendo que haya algo cuya existencia en si misma posea un valor absoluto, algo que, como fin en si mismo, pueda ser fundamento de determinadas leyes, entonces en ello y sólo en ello estaría el fundamento de un posible imperativo categórico, es decir, de la ley práctica

17. Ahora yo digo, el hombre, y en general todo ser racional, existe como fin en si mismo, no sólo como medio para usos cualesquiera de esta o aquella voluntad;

debe en todas sus acciones, no sólo las dirigidas a si mismo, sino las dirigidas a los demás seres racionales, ser considerado siempre al mismo tiempo como fin. (. . , ) 

18. Si, pues, ha de haber un principio práctico supremo y un imperativo categórico con respecto a la voluntad humana, habrá de ser tal que, por la representación de lo que es fin para todos necesariamente, porque es fin en si mismo, constituya un principio objetivo de la voluntad y, por tanto, pueda servir de ley práctica universal.

El fundamento de este principio es: la naturaleza racional existe como fin en si mismo. Así se representa necesariamente el hombre su propia existencia, y en ese respecto es ella un principio subjetivo de las acciones humanas. Así se representa, empero, también todo ser racional su existencia, a consecuencia del mismo fundamento racional, que para mí vale; es, pues, al mismo tiempo un principio objetivo, del cual, como fundamento práctico supremo, han de poder derivarse todas las leyes de la voluntad.

El imperativo práctico será, pues, como sigue: obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio.


Algunos textos de Marx ya analizados

 

CONTRIBUCIÓN A LA CRÍTICA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA.

PREFACIO

Considero el sistema de la economia burguesa en este orden: capital, propiedad de los bienes raíces, trabajo asalariado, estado, mercado internacional. Bajo las tres primeras rúbricas investigo las condiciones de vida económicas de las tres grandes clases en las que se descompone la moderna sociedad burguesa; la conexión de las otras tres rúbricas salta a la vista. La primera sección del libro primero, que trata del capital, consta de los siguientes capítulos: 1. la mercancía; 2. el dinero o la circulación simple; 3. el capital en general. Los dos primeros capítulos forman el contenido del presente cuaderno. Tengo a la vista el conjunto del material en forma de monografías, que distan unas de otras largos períodos, para mi propia autocomprensión y no para la imprenta, y cuya elaboración sucesiva dependerá, según el plan previsto, de las circunstancias externas.

 Suprimo una introducción general que había esbozado, porque me parece desconcertante, tras pensarmelo bien, esa anticipación de determinados resultados, y porque el lector que quiera seguirme, tendrá que decidirse a elevarse de lo singular a lo universal.

  Por el contrario, algunas sugerencias sobre la marcha de mis propios estudios político-económicos pueden tener su sitio aquí.

Mi especialidad era la jurisprudencia, a la que sin embargo me dediqué como disciplina subordinada junto a la filosofía y la historia.

En los años 1842-43, como redactor de la Gaceta renana, me vi en el apuro de tener que meter baza sobre los llamados intereses materiales. Los debates del parlamento sobre el robo de leña y la parcelación de la propiedad de las fincas rústicas, la polémica oficial que el señor von Schaper, a la sazón presidente supremo de la provincia renana, entabló con la Gaceta renana, acerca de las condiciones de vida de los campesinos del Mosela, y, en fin, los debates sobre el librecambio y los aranceles aduaneros, me proporcionaron los primeros motivos para ocuparme de cuestiones filosóficas.

Por otra parte, en esta época en la que la buena voluntad de «avanzar» se sobreponía a menudo al conocimiento especializado , era perceptible en la Gaceta renana un débil y descolorido eco filosófico del socialismo y del comunismo franceses . Me declaré contra esa chapucería, pero al mismo tiempo puntualicé, en una controversia con la Gaceta general de Ausburgo, que mis estudios anteriores no me autorizaban a aventurar juicio alguno acerca del contenido mismo de las tendencias francesas. Más bien me aproveché de la ilusión de los gerentes de la Gaceta renana, que creyeron poder retrasar la sentencia de muerte caída sobre ella mediante el tono más moderado de la publicación, para retirarme de la escena oficial a mi gabinete de estudio.

 El primer trabajo, emprendido para despejar las dudas que me inquietaban, fue una revisión crítica de la filosofía del derecho hegeliana, un trabajo cuya introducción apareció en el Anuario franco-aleman.

(MATERIALISMO)

1 -  Mi investigación dio como resultado que tanto las relaciones jurídicas , como las formas de estado no pueden ser concebidas (entendidas) ni por si mismas, ni por el llamado desarrollo universal del espíritu humano, sino que más bien se enraízan en las relaciones vitales materiales,

a cuyo conjunto Hegel, según el procedimiento de los ingleses y franceses del siglo XVIII, comprendía bajo el nombre de "sociedad civil" , pero que la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la economía política.

 La indagación de ésta última, que comencé en París, la proseguí en Bruselas, donde me había establecido cumpliendo una orden de destierro del señor Guizot. El resultado general que obtuve y que, una vez ganado, me sirvió de hilo conductor de mis estudios, puede ser formulado brevemente así:

 

(MATERIALISMO DIALECTICO HISTÓRICO)

 2 - en la producción social de su vida los seres humanos entran en relaciones esenciales, determinadas, necesarias e independientes de su voluntad, que se corresponden con un determinado nivel de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales.

El conjunto de estas relaciones esenciales de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real, sobre la que se eleva una superestructura jurídica y política, y a la que corresponden determinadas formas sociales de conciencia.

 

3 - El modo de producción de la vida material condiciona en general el proceso de vida social, política y espiritual . // No es la conciencia de los seres humanos lo que determina su ser, sino a la inversa, es su ser social lo que determina su conciencia( forma de ver la sociedad y nuestro lugar en ella).

4 - En un determinado nivel de su desarrollo las fuerzas productivas ( = economía)de la sociedad entran en contradicción con las relaciones ( sociales) de producción preexistentes, o con lo que no es más que su expresión jurídica, con las relaciones de propiedad dentro de las que se habían movido hasta el momento. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas que eran, estas relaciones esenciales se convierten en cadenas de esas fuerzas. Entonces se abre una época de revolución social.

5 -Con el cambio del fundamento económico se subvierte (se le da la vuelta, se revoluciona), de modo más lento o más rápido, toda la descomunal superestructura.

En la consideración de tales subversiones se debe distinguir (A)entre la subversión material de las condiciones de producción económicas, constatable de modo científico-natural y exacto, y (B) a)las formas jurídicas, políticas, b)religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra, ideológicas, en las que los seres humanos llegan a ser conscientes de este conflicto y lo resuelven.

6 -Así como no se juzga lo que es un individuo por lo que él mismo se cree, tampoco se puede enjuiciar semejante época de subversión por su conciencia, sino que se debe explicar esta conciencia a partir de las contradicciones de la vida material, ( =) a partir de los conflictos preexistentes entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones esenciales de producción.

Una formación social no desaparece nunca antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas de modo suficientemente adecuado para ella, (=) y las nuevas y más elevadas relaciones esenciales de producción no tienen cabida en ella antes de que las condiciones materiales de existencia de esas relaciones hayan sido incubadas en el seno de la vieja sociedad misma.

Por eso la humanidad no se plantea nunca sino las tareas que puede resolver, pues considerado el asunto más de cerca siempre se verá que la tarea misma solo surge cuando las condiciones materiales para resolverla ya están presentes o, al menos, están concebidas en el proceso de su llegar a ser.

(APLICACIÓN A LA HISTORIA)

7 - Esbozados a grandes rasgos, los modos de producción asiático, antiguo, feudal y burgués moderno, pueden ser designados como otras tantas épocas progresivas de la formación (= estructura, organización) (b) social (a)económica.

 8 - Las relaciones esenciales de producción burguesa

·1 son la última forma antagónica del proceso de producción social, antagónica no en el sentido de un antagonismo individual, sino del que nace de las condiciones sociales de vida de los individuos;

·2 de manera que las fuerzas productivas que se desarrollan en el seno de la sociedad burguesa crean al mismo tiempo las condiciones materiales para la disolución de semejante antagonismo.

·3 Con esta formación social se cierra en consecuencia la prehistoria de la sociedad humana.

Friedrich Engels, con el que, desde la aparición de su genial esbozo de crítica de las categorías económicas en el los Anales franco-alemanes, mantenía un permanente intercambio de ideas por correspondencia, había llegado por otro camino (compárese su Situación de la clase trabajadora en Inglaterra) al mismo resultado mío, y cuando él, en la primavera de 1845, recaló igualmente en Bruselas, decidimos elaborar en común la oposición de nuestra visión a la ideológica de la filosofía alemana, ajustar cuentas de hecho con nuestra anterior conciencia moral filosófica. Semejante propósito fue desarrollado en la forma de una crítica de la filosofía posthegeliana. El manuscrito, dos gruesos volúmenes en octavo, hacía largo tiempo que se encontraba en manos de su editor, en Westfalia, cuando recibimos la noticia de que un cambio en las circunstancias no permitía la impresión. Abandonamos el manuscrito a la roedora crítica de los ratones, tanto mas conformes cuanto que habíamos alcanzado nuestro fin principal: la autoaclaración. De los trabajos dispersos, en los que de una u otra manera hemos sometido al público nuestros puntos de vista, mencionaré sólo el Manifiesto del partido comunista, elaborado en común por Engels y por mí, y un Discours sur le libre échange [Discurso sobre el libre cambio] publicado por mí. Los puntos de vista de nuestro modo de ver las cosas han sido indicados científicamente, aunque desde la perspectiva polémica, en mi escrito, editado en 1847, Miseria de la filosofía, dirigido contra Proudhon. Un tratado, escrito en alemán, sobre el Trabajo asalariado, que recopilaba mis conferencias impartidas en Bruselas a la Unión de trabajadores alemanes, fue interrumpido en la imprenta por la revolución de Febrero y mi consiguiente alejamiento forzado de Bélgica.

La edición de la Nueva gaceta renana en 1848-1849, y los acontecimientos que siguieron después interrumpieron mis estudios económicos, que no pude volver a retomar hasta el año 1850 en Londres. El descomunal material para la historia de la economía política, que está acumulado en el Museo Británico, el punto de vista ideal que supone Londres para la observación de la sociedad burguesa, y, en fin, el nuevo estadio de desarrollo que ésta parece alcanzar con el descubrimiento del oro californiano y australiano, me determinaron a empezar de nuevo por el principio, y a reelaborar de modo crítico el nuevo material. Estos estudios me condujeron a disciplinas en apariencia totalmente desligadas entre sí, en las que tuve que demorarme más o menos tiempo. Pero lo que redujo considerablemente el tiempo preceptivo fue la imperiosa necesidad de un trabajo remunerado. La colaboración, comenzada hacía ocho años, en el primer periódico anglo-norteamericano, el New York Tribune, ya que principalmente me ocupaba sólo de la correponsalía propiamente dicha, hizo necesaria una extraordinaria dispersión de mis estudios. En la medida que los artículos redactados sobre los acontecimientos económicos sobrevenidos en Inglaterra y el Continente suponían una parte considerable de mis contribuciones, me fue preciso familiarizarme con detalles prácticos que caen fuera del dominio de la propia ciencia de la economía política.

 Este esbozo sobre la marcha de mis estudios en el terreno de la economía política debe sólo demostrar que mis puntos de vista,

·1 sea cual sea el modo como se juzguen,

·2 y aunque coincidan poco con los prejuicios interesados de las clases dominantes,

·3 son el resultado de una concienzuda y larga investigación.

  Pero en el comienzo de la ciencia, como a la entrada del infierno, debe plantearse una exigencia:

Qui si convien lasciare ogni sospetto Ogni viltá convien che qui sia morta.

 [Es bueno que el temor sea aquí dejado y aquí la cobardía quede muerta]

 

 

TEXTO BASE PARA COMPRENDER ALGUNOS ASPECTOS DEL PENSAMIENTO DE NIETZSCHE

  F. NIETZSCHE: EL CREPÚSCULO DE LOS ÍDOLOS (1888).

Primera parte del texto:  La «razón» en la filosofía

 ¿Me pregunta usted qué cosas son idiosincrasia en los filósofos?

1 ... ... Por ejemplo, su falta de sentido histórico,(=) su odio a la noción misma de devenir, (=)su egipticismo.

Ellos creen otorgar un honor a una cosa cuando la deshistorizan, sub specie aeterni (desde la perspectiva de lo eterno) , - cuando hacen de ella una momia.

Todo lo que los filósofos han venido manejando desde hace milenios fueron momias conceptuales; de sus manos no salió vivo nada real. Matan, rellenan de paja, esos señores idólatras de los conceptos, cuando adoran, - se vuelven mortalmente peligrosos para todo, cuando adoran.

La muerte, el cambio, la vejez, así como la procreación y el crecimiento son para ellos objeciones, - incluso refutaciones. Lo que es no deviene; lo que deviene no es . . Ahora bien, todos ellos creen, incluso con desesperación, en lo que es.

Mas como no pueden apoderarse de ello, buscan razones de por qué se les retiene (no conocen la verdad absoluta). «Tiene que haber una ilusión, un engaño en el hecho de que no percibamos lo que es: ¿dónde se esconde el engañador? - «Lo tenemos, gritan dichosos, ¡es la sensibilidad! Estos sentidos, que también en otros aspectos son tan inmorales, nos engañan acerca del mundo verdadero.

·       Moraleja: deshacerse del engaño de los sentidos, del devenir, de la historia (Historie), de la mentira, - la historia no es más que fe en los sentidos, fe en la mentira.

·       Moraleja: decir no a todo lo que otorga fe a los sentidos, a todo el resto de la humanidad: todo él es "pueblo". ¡Ser filósofo, ser momia, representar el monótono-teísmo con una mímica de sepulturero! (= Estar siempre hablando de Dios)

·       (Otra moraleja) - ¡ Y, sobre todo, fuera el cuerpo, esa lamentable idée fixe (idea fija) de los sentidos! , ¡sujeto a todos los errores de la lógica que existen, refutado, incluso imposible, aun cuando es lo bastante insolente para comportarse como si fuera real' 

VOCABULARIO:

·       Crepúsculo

·       Ídolo

·       Idiosincrasia

·       Devenir

·       Egipticismo

·       Otorgar

·       Milenio

·       Momia

·       Idólatra de conceptos

·       Refutar

·       Sensibilidad

·       Monótono

·       Teísmo

·       Mímica

·       Insolente

  2   Pongo a un lado, con gran reverencia, el nombre de Heráclito.

·       Mientras que el resto del pueblo de los filósofos rechazaba el testimonio de los sentidos porque éstos mostraban pluralidad y modificación,

·       él rechazó su testimonio porque mostraban las cosas como si tuviesen duración y unidad.    También Heráclito fue injusto con los sentidos.

Estos (los sentidos) no mienten

·       ni del modo como creen los eléatas ( Parménides y sus seguidores)

·       ni del modo como creía él,

-         no mienten de ninguna manera. (Justificación) Lo que nosotros hacemos de su testimonio, eso es lo que introduce la mentira, por ejemplo la mentira de la unidad, la mentira de la coseidad, de la sustancia, de la duración. . . La «razón" es la causa de que nosotros falseemos el testimonio de los sentidos. Mostrando el devenir, el perecer, el cambio, los sentidos no mienten. . . Pero Heráclito tendrá eternamente razón al decir que el ser ( lo permanente, lo que no cambia, lo que es) es una ficción vacía. El mundo «aparente" es el único: el "mundo verdadero" no es más que un añadido mentiroso. . ...

VOCABULARIO

·        Heráclito

·        Testimonio

·        Pluralidad   Unidad

·        Modificación    Duración

·        Eléatas

·        Coseidad

·        Sustancia

·        Ficción

·        Mundo aparente

·        Mundo verdadero

  - ¡ Y qué sutiles instrumentos de observación tenemos en nuestros sentidos!

Esa nariz, por ejemplo de la que ningún filósofo ha hablado todavía con veneración y gratitud, es hasta este momento incluso el más delicado de los instrumentos que están a nuestra disposición: es capaz de registrar incluso diferencias mínimas de movimiento que ni siquiera el espectroscopio registra.

Hoy nosotros poseemos ciencia (1) exactamente en la medida en que nos hemos decidido a aceptar el testimonio de los sentidos , - en que hemos aprendido a seguir aguzándolos , armándolos, pensándolos hasta el final. El resto es un aborto (2) y todavía-no-ciencia: quiero decir, metafísica, teología, psicología, teoría del conocimiento. O ciencia formal (3), teoría de los signos: como la lógica, y esa lógica aplicada, la matemática. (Justificación)En ellas la realidad no llega a aparecer, ni siquiera como problema; y tampoco como la cuestión de qué valor tiene en general ese convencionalismo de signos que es la lógica.-

(esquema elemental)

·       Ciencia ( ciencia experimental) à vale à se refiere a la realidad

·       El resto ( metafísica, teología, psicología, teoría del conocimiento) à aborto, todavía no ciencia

·       Menos la Ciencia formal (análisis de estructuras, prescindiendo de los contenidos) à lógica, matemáticas à que no se refieren a la realidad

VOCABULARIO:  (sutil, registrar, espectroscopio, aguzar, armándolos, metafísica, teología, psicología, teoría del conocimiento, ciencia formal, natural - convencional )

  4   La otra idiosincrasia de los filósofos no es menos peligrosa: consiste en confundir lo último y lo primero . Ponen al comienzo, como comienzo, lo que viene al final -¡por desgracia!, ¡pues no debería siquiera venir! - los conceptos supremos", es decir, los conceptos más generales, los más vacíos, el último humo de la realidad que se evapora. Esto es, una vez más, sólo expresión de su modo de venerar: a lo superior no le es lícito provenir de lo inferior, no le es lícito provenir de nada ... (Principio de causalidad)

·        Moraleja: todo lo que es de primer rango tiene que ser causa sui [causa de si mismo).  (Desarrollo) (Cambio-permanencia)El proceder de algo distinto es considerado como una objeción, como algo que pone en entredicho el valor. Todos los valores supremos son de primer rango, ninguno de los conceptos supremos, - lo existente, lo incondicionado, lo bueno, lo verdadero, lo perfecto - ninguno de ellos puede haber devenido, por consiguiente tiene que ser causa sui. (Unidad-pluralidad) Mas ninguna de esas cosas puede ser tampoco desigual una de otra, no puede estar en contradicción consigo misma... (Final - conclusión) Con esto tienen los filósofos su estupendo concepto "Dios"..... Lo último, lo más tenue, lo más vacío es puesto como lo primero, como causa en sí, como ens realissimum (ente realísimo) . . .

·         ¡Que la humanidad haya tenido que tomar en serio las dolencias cerebrales de unos enfermos tejedores de telarañas! - ¡Y lo ha pagado caro!.. . (Desahogo personal de Nietzsche)

 

VOCABULARIO: primero, último, conceptos supremos, venerar, provenir, ppio. de causalidad, poner en entredicho, rango, causa sui, contradicción, tenue, causa en sí.

 

  5    - Contrapongamos a esto, por fin el modo tan distinto como nosotros  (- digo nosotros por cortesía. . . ) vemos el problema del error y de la apariencia.

En otro tiempo se tomaba la modificación, el cambio, el devenir en general como prueba de apariencia, como signo de que ahí tiene que haber algo que nos induce a error.

Hoy, a la inversa, en la exacta medida en que el prejuicio de la razón nos fuerza a asignar unidad, identidad, duración, sustancia, causa, coseidad, ser, nos vemos en cierto modo cogidos en el error, necesitados al error; aun cuando, basándonos en una verificación rigurosa, dentro de nosotros estemos muy seguros de que es ahí donde está el error.

(Ejemplo)Ocurre con esto lo mismo que con los movimientos de una gran constelación: en éstos el error tiene como abogado permanente a nuestro ojo, allí a nuestro lenguaje.

(Lenguaje-Razón)Por su génesis el lenguaje pertenece a la época de la forma más rudimentaria de psicología: penetramos en un fetichismo grosero cuando adquirimos consciencia de los presupuestos básicos de la metafísica del lenguaje, dicho con claridad': de la razón. (Ejemplos)Ese fetichismo ve en todas partes agentes y acciones: cree que la voluntad es la causa en general, cree en el «yo", cree que el yo es un ser, que el yo es una sustancia, y produzca sobre todas las cosas la creencia en la sustancia-yo - así es como crea el concepto «cosa”... El ser es añadido con el pensamiento, es introducido subrepticiamente en todas partes como causa; del concepto “yo" es del que se sigue, como derivado, el concepto «ser«. . . Al comienzo está ese grande y funesto error de que la voluntad es algo que produce efectos, - de que la voluntad es una facultad. . . Hoy sabemos que no es más que una palabra. . . Mucho más tarde, en un mundo mil veces más ilustrado, llegó a la consciencia de los filósofos, para su sorpresa, la seguridad, la certeza subjetiva en el manejo de las categorías de la razón:  ellos sacaron la conclusión de que esas categorías no podían proceder de la empeiria, - la empeiria entera, decían, está, en efecto, en contradicción con ellas. ¿De dónde proceden, pues? - Y tanto en India como en Grecia se cometió el mismo error: "nosotros tenemos que haber habitado ya alguna vez en un mundo más alto (- en lugar de en un mundo mucho mas bajo: ¡lo cual habría sido la verdad! ), nosotros tenemos que haber sido divinos, ¡pues poseemos la razón! “... De hecho, hasta ahora nada ha tenido una fuerza persuasiva más ingenua que el error acerca del ser, tal como fue formulado, por ejemplo, por los eleatas: ¡ese error tiene en favor suyo, en efecto, cada palabra, cada frase que nosotros pronunciamos ! - También los adversarios de los eleatas sucumbieron a la seducción de su concepto de ser: entre otros Demócrito, cuando inventó su átomo. . 

 (CONCLUSIÓN) La "razón" en el lenguaje: ¡oh, qué vieja hembra engañadora! Temo que no vamos a desembarazarnos de Dios porque continuamos creyendo en la gramática...

VOCABULARIO: Contraponer, prejuicio, necesitados al error, verificación, génesis, fetichismo, presupuestos, subrepticiamente, categorías, empeiría, persuasiva, eléatas,

 

6   Se me estará agradecido si condenso un conocimiento tan esencial, tan nuevo, en cuatro tesis: así facilito la comprensión, así provoco la contradicción.

  Primera tesis. Las razones por las que "este" mundo ha sido calificado de aparente (cambiante, imperfecto, sensible) fundamentan, antes bien, su realidad, - otra especie distinta de realidad es absolutamente indemostrable.

  Segunda tesis. Los signos distintivos (inmutable, perfecto, inteligible) que han sido asignados al "ser verdadero" de las cosas son los signos distintivos del no-ser, de la nada, - a base de ponerlo en contradicción con el mundo real es como se ha construido el "mundo verdadero": un mundo aparente de hecho, en cuanto es meramente una ilusión óptico-moral.

 Tercera tesis. Inventar fábulas acerca de "otro" mundo distinto de éste no tiene sentido, presuponiendo que no domine en nosotros un instinto de calumnia, de empequeñecimiento, de recelo frente a la vida: en este último caso tomamos venganza de la vida con la fantasmagoría de "otra" vida distinta de ésta, "mejor" que ésta.

    Cuarta tesis. Dividir el mundo en un mundo "verdadero" y en un mundo "aparente",

·        ya sea al modo del cristianismo,

·        ya sea al modo de Kant (en última instancia, un cristiano alevoso) ,

es únicamente una sugestión de la décadence , - un síntoma de vida descendente.. .

(Respuesta a una posible dificultad) El hecho de que el artista estime más la apariencia que la realidad no constituye una objeción contra esta tesis. Pues "la apariencia" significa aquí la realidad una vez más, sólo que seleccionada, reforzada, corregida. . . El artista trágico no es un pesimista, - dice precisamente sí incluso a todo lo problemático y terrible, es dionisíaco...

  VOCABULARIO: condensar, aparente, real, ilusión óptica, ilusión moral, fábulas, calumnia, recelo, fantasmagoría, alevoso, descendente-decadente, dionisíaco - apolíneo

 


 

José Ortega y Gasset

ORTEGA Y GASSET, J. El tema de nuestro tiempo. 'Doctrina del punto de vista'. Obras Completas, III cap. X. Rev. de Occidente. Madrid .1966, pp. 197-203.

Una primera aproximación

   “LA DOCTRINA DEL PUNTO DE VISTA" 

1 - (UNA CUESTIÓN) Contraponer la cultura a la vida y reclamar para ésta la plenitud de sus derechos frente a aquélla no es hacer profesión de fe anticultural. Si se interpreta así lo dicho anteriormente, se practica una perfecta tergiversación. Quedan intactos los valores de la cultura, únicamente se niega su exclusivismo. Durante siglos se viene hablando exclusivamente de la necesidad que la vida tiene de la cultura. Sin desvirtuar lo más mínimo esta necesidad, se sostiene aquí que la cultura no necesita menos de la vida. Ambos poderes - el inmanente de lo biológico y el trascendente de la cultura - quedan de esta suerte cara a cara, con iguales títulos, sin supeditación del uno al otro. Este trato leal de ambos permite plantear de una manera clara el problema de sus relaciones y preparar una síntesis más franca y sólida.

 Por consiguiente, lo dicho hasta aquí es sólo preparación para esa síntesis en que culturalismo y vitalismo, al fundirse, desaparecen. 

VOCABULARIO:   Contraponer   Cultura   Vida   Hacer profesión de fe  Tergiversación  Inmanente - trascendente  supeditación  desvirtuar  culturalismo  vitalismo

2 - (RESUMEN DE RESPUESTAS) Recuérdese el comienzo de este estudio.

La tradición moderna nos ofrece dos maneras opuestas de hacer frente a la antinomia entre vida y cultura.

  • Una de ellas, el racionalismo, para salvar la CULTURA niega todo sentido a la vida.
  • La otra, el relativismo, ensaya la operación inversa : desvanece el valor objetivo de la cultura para dejar paso a LA VIDA. 

 Ambas soluciones, que a las generaciones anteriores parecían suficientes, no encuentran eco en nuestra sensibilidad. Una y otra viven a costa de cegueras complementarias.

Como nuestro tiempo no padece esas obnubilaciones, como se ve con toda claridad en el sentido de ambas potencias litigantes,

  • ni se aviene a aceptar que la verdad, que la justicia, que la belleza no existen,
  • ni a olvidarse de que para existir necesitan el soporte de la vitalidad. 

VOCABULARIO: antinomia, racionalismo, relativismo, desvanecer, generaciones, sensibilidad, complementaria, obnubilación, avenirse 

 

3 (EMPEZAMOS A AFRONTARLA)  "Aclaremos este punto concrétandonos a la porción mejor definible de la cultura: el conocimiento

El conocimiento es la adquisición de verdades, y en la verdades se nos manifiesta el universo trascendente (transubjetivo) de la realidad. Las verdades son eternas, únicas e invariables. ¿ Cómo es posible su insaculación dentro del sujeto?. 

  • La respuesta del Racionalismo es taxativa : sólo es posible el conocimiento si la realidad puede penetrar en él sin la menor deformación. El sujeto tiene, pues, que ser un medio transparente, sin peculiaridad o color alguno, ayer igual a hoy y mañana - por tanto, ultravital y extrahistórico. Vida es peculiaridad, cambio, desarrollo; en una palabra: historia.
  •   La respuesta del relativismo no es menos taxativa. El conocimiento es imposible; no hay una realidad trascendente, porque todo  sujeto real es un recinto peculiarmente modelado. Al entrar en él la realidad se deformaría, y esta deformación individual sería lo que cada ser tomase por la pretendida realidad.
  • Es interesante advertir cómo en estos últimos tiempos, sin común acuerdo ni premeditación, psicología, " biología" y teoría del conocimiento, al revisar los hechos de que ambas actitudes partían, han tenido que rectificarlos, coincidiendo en una nueva manera de plantear la cuestión.

El sujeto, ni es un medio transparente, un "yo puro" idéntico e invariable,

                ni su recepción de la realidad produce en ésta deformaciones.

 Los hechos imponen una tercera opinión, síntesis ejemplar de ambas."

VOCABULARIO: transubjetivoinsaculación, taxativa, ultravital, extrahistórico, premeditación,

 4 (EJEMPLOS EXPLICATIVOS)

  • a) Cuando se interpone un cedazo o retícula en una corriente, deja pasar unas cosas y detiene otras; se dirá que las selecciona, pero no que las deforma. Esta es la función del sujeto, del ser viviente ante la realidad cósmica que le circunda. Ni se deja traspasar sin más ni más por ella, como acontecería al imaginario ente racional creado por las definiciones racionalistas, ni finge él una realidad ilusoria. Su función es claramente selectiva. De la infinidad de los elementos integran la realidad, el individuo, aparato receptor, deja pasar un cierto número de ellos, cuya forma y contenido coinciden con las mallas de su retícula sensible. Las demás cosas - fenómenos, hechos, verdades - quedan fueran, ignoradas, no percibidas. (Vocabulario: cedazo, retícula, circundar, ilusoria, selectiva, aparato receptor)
  • b) Un ejemplo elemental y puramente fisiológico se encuentra en la visión y en la audición. El aparato ocular y el auditivo de la especie humana reciben ondas vibratorias desde cierta velocidad mínima hasta cierta velocidad máxima. Los colores y sonidos que queden más allá o más acá de ambos limites le son desconocidos. Por tanto, su estructura vital influye en la recepción de la realidad ; pero esto no quiere decir que su influencia o intervención traiga consigo una deformación. Todo un amplio repertorio de colores y sonidos reales, perfectamente reales, llega a su interior y sabe de ellos. 
  • c) Como con los colores y sonidos acontece con las verdades. 
    • La estructura psíquica de cada individuo viene a ser un órgano perceptor, dotado de una forma determinada que permite la comprensión de ciertas verdades y está condenado a inexorable ceguera para otras. 
    • Así mismo, para cada pueblo y cada época tienen su alma típica, es decir, una retícula con mallas de amplitud y perfil definidos que le prestan rigurosa afinidad con ciertas verdades e incorregible ineptitud para llegar a ciertas otras. Esto significa que todas las épocas y todos los pueblos han gozado su congrua porción de verdad, y no tiene sentido que pueblo ni época algunos pretendan oponerse a los demás, como si a ellos les hubiese cabido en el reparto la verdad entera. Todos tienen su puesto determinado en la serie histórica; ninguno puede aspirar a salirse de ella, porque esto equivaldría a convertirse en un ente abstracto, con integra renuncia a la existencia. 
  • d) Desde distintos puntos de vista, dos hombres miran el mismo paisaje. Sin embargo, no ven lo mismo. La distinta situación hace que el paisaje se organice ante ambos de distinta manera.

             Lo que para uno ocupa el primer término y acusa con vigor todos sus detalles, para el otro se halla en el último, y queda oscuro y borroso.

             Además, como las cosas puestas unas detrás se ocultan en todo o en parte, cada uno de ellos percibirá porciones del paisaje que al otro no llegan.

           ¿Tendría sentido que cada cual declarase falso el paisaje ajeno? Evidentemente, no: tan real es el uno como el otro. Pero tampoco tendría sentido que puestos de acuerdo, en vista de no coincidir sus paisajes, los juzgasen ilusorios. Esto supondría que hay un tercer paisaje auténtico, el cual no se halla sometido a las mismas condiciones que los otros dos.

           Ahora bien, ese paisaje arquetipo no existe ni puede existir. La realidad cósmica es tal, que sólo puede ser vista bajo una determinada perspectiva. La perspectiva es uno de los componentes de la realidad. Lejos de ser su deformación, es su organización. Una realidad que vista desde cualquier punto resultase siempre idéntica es un concepto absurdo. 

VOCABULARIO: ilusorios, perspectiva, absurdo,

5 - (APLICACIONES Y CONSECUENCIAS)

     5.1  Lo que acontece con la visión corpórea se cumple igualmente en todo lo demás. Todo conocimiento es desde un punto de vista determinado.

 La species aeternitatis (ver las cosas desde el punto de vista de la eternidad), de Spinoza, el punto de vista ubicuo, absoluto, no existe propiamente es un punto de vista ficticio y abstracto. No dudamos de su utilidad instrumental para ciertos menesteres del conocimiento; pero es preciso no olvidar que desde él no se ve lo real. El punto de vista abstracto sólo proporciona abstracciones.

Esta manera de pensar lleva a una reforma radical de la filosofía y, lo que importa más, de nuestra sensación cósmica. 

La individualidad de cada sujeto era el indominable estorbo que la tradición intelectual de los últimos tiempos encontraba para que el conocimiento pudiese justificar su pretensión de conseguir la verdad. Dos sujetos diferentes - se pensaba - llegarán a verdades divergentes. 

VOCABULARIO: species aeternitatis, ubíquo, ficticio, radical, sensación cósmica,

    5.2 Ahora vemos que la divergencia entre los mundos de dos sujetos no implica la falsedad de uno de ellos. Al contrario, precisamente porque lo que cada cual ve es una realidad y no una ficción, tiene que ser su aspecto distinto del que otro percibe. Esa divergencia no es contradicción, sino complemento. 

Si el universo hubiese presentado una faz idéntica a los ojos de un griego socrático que a los de un yanqui, deberíamos pensar que el universo no tiene verdadera realidad, independiente de los sujetos. Porque esa coincidencia de aspecto ante dos hombres colocados en puntos tan diversos como son la Atenas del siglo V y la Nueva York del XX indicaría que no se trataba de una realidad externa a ellos, sino de una imaginación que por azar se producía idénticamente en dos sujetos. 

VOCABULARIO: divergencia, contradicción, complemento, faz, por azar

   5.3 Cada vida es un punto de vista sobre el universo. En rigor, lo que ella ve no lo puede ver otra. Cada individuo - persona, pueblo, época - es un órgano insustituible para la conquista de la verdad. He aquí cómo ésta, que por sí misma es ajena a las variaciones históricas, adquiere un dimensión vital. Sin el desarrollo, el cambio perpetuo y la inagotable aventura que constituyen la vida, el universo, la omnímoda verdad, quedaría ignorada. 

El error inveterado consistía en suponer que la realidad tenía por sí misma, e independientemente del punto de vista que sobre ella se tomara, una fisonomía propia. Pensando así, claro está, toda visión de ella desde un punto determinado no coincidiría con ese su aspecto absoluto y, por tanto, sería falsa. Pero es el caso que la realidad, como un paisaje, tiene infinitas perspectivas, todas ellas igualmente verídicas y auténticas.

VOCABULARIO: omnimodo, inveterado, fisionomía

     5.4 La sola perspectiva falsa es esa que pretende ser la única.

Dicho de otra manera: lo falso es la utopía, la verdad no localizada, vista desde "lugar ninguno". El utopista - y esto ha sido en esencia el racionalismo - es el que más yerra, porque es el hombre que no se conserva fiel a su punto de vista, que deserta de su puesto.

Hasta ahora la filosofía ha sido siempre utópica. Por eso pretendía cada sistema valer para todos los tiempos y para todos los hombres. Exenta de la dimensión vital, histórica, perspectivista hacía una y otra vez vanamente su gesto definitivo.

VOCABULARIO: utopía, no localizada, utopista, perspectivista

    5 5 La doctrina del punto de vista exige, en cambio, que dentro del sistema vaya articulada la perspectiva vital de que ha emanado, permitiendo así su articulación con otros sistemas futuros o exóticos. 

VOCABULARIO: articular, perspectiva, perspectiva vital, emanar, exótico

   5.6  La razón pura tienen que ser sustituida por una razón vital, donde aquélla se localice y adquiera movilidad y fuerza de transformación. 

(Ejemplo - comparación con el primitivismo) Cuando hoy miramos las filosofías del pasado, incluyendo las del último siglo, notamos en ellas ciertos rasgos de primitivismo. Empleo esta palabra en el estricto sentido que tiene cuando es referida a los pintores del quattrocento. ¿Por qué llamamos a éstos "primitivos"? ¿En qué consiste su primitivismo? En su ingenuidad, en su candor - se dice -. Pero ¿cuál es la razón del candor y de la ingenuidad, cuál su esencia? Sin duda, es el olvido de sí mismo. El pintor primitivo pinta el mundo desde su punto de vista - bajo el imperio de las ideas, valoraciones, sentimientos que le son privados-, pero cree que lo pinta según él es. Por lo mismo, olvida introducir en su obra su personalidad ; nos ofrece aquélla como si se hubiera fabricado a si misma, sin intervención de un sujeto determinado, fijo en un lugar del espacio y en un instante del tiempo. Nosotros, naturalmente, vemos en el cuadro el reflejo de su individualidad y vemos, a la par, que él no la veía, que se ignoraba a si mismo y se creía una pupila anónima abierta sobre el universo. Esta ignorancia de sí mismo es la fuente encantadora de la ingenuidad. 

Mas la complacencia que el candor nos proporciona incluye y supone la desestima del candoroso. Se trata de un benévolo menosprecio. Gozamos del pintor primitivo, como gozamos del alma infantil, precisamente, porque nos sentimos superiores a ellos. Nuestra visión del mundo es mucho más, amplia, más compleja. más llena de reservas, encrucijadas, escotillones. Al movernos en nuestro ámbito vital sentimos éste como algo ilimitado, indomable, peligroso y difícil. En cambio al asomamos al universo del niño o del pintor primitivo vemos que es un pequeño circulo, perfectamente concluso y dominable, con un repertorio reducido de objetos y peripecias. La vida imaginaria que llevamos durante el rato de esa contemplación nos parece un juego fácil que momentáneamente nos liberta de nuestra grave y problemática existencia. La gracia del candor es. pues, la delectación del fuerte en la flaqueza del débil. 

El atractivo que sobre nosotros tienen las filosofías pretéritas es del mismo tipo. Su claro y sencillo esquematismo, su ingenua ilusión de haber descubierto toda la verdad, la seguridad con que se asientan en fórmulas que suponen inconmovibles nos dan la impresión de un orbe concluso, definido y definitivo, donde ya no hay problemas, donde todo está ya resuelto. 

Nada más grato que pasear unas horas por mundos tan claros y tan mansos. 

VOCABULARIO:  primitivismo, quattrocento, ingenuidad, candor, benévolo, menosprecio, encrucijada, escotillón, peripecias, delectación

     5.7 Pero cuando tornamos a nosotros mismos y volvemos a sentir el universo con nuestra propia sensibilidad, vemos que el mundo definido por esas filosofías no era, en verdad el mundo, sino el horizonte de sus autores. Lo que ellos interpretaban como limite del universo, tras el cual ellos interpretaban como limite del universo, tras el cual no había nada más, era sólo la línea curva con que su perspectiva cerraba su paisaje.

     5.8 Toda filosofía que quiera curarse de ese inveterado primitivismo, de esa pertinaz utopia, necesita corregir ese error, evitando que lo que es blando y dilatable horizonte se anquilose en mundo. 

Ahora bien: la reducción o conversión del mundo a horizonte no resta lo más mínimo de realidad a aquél; simplemente lo refiere al sujeto viviente, cuyo mundo es, lo dota de una dimensión vital, lo localiza en la corriente de la vida, que va de pueblo en pueblo, de generación en generación, de individuo en individuo, apoderándose de la realidad universal. 

De esta manera, la peculiaridad de cada ser, su diferencia individual, lejos de estorbarle para captar la verdad, es precisamente el órgano por el cual puede ver la porción de realidad que le corresponde . De esta manera, aparece cada individuo, cada generación, cada época como un aparato de conocimiento insustituible. 

VOCABULARIO: anquilosar, peculiaridad

    5. 9 La verdad integral sólo se obtiene articulando lo que el prójimo ve con lo que yo veo, y así sucesivamente. Cada individuo es un punto de vista esencial. Yuxtaponiendo las visiones parciales de todos se lograría tejer la verdad omnimoda y absoluta.

Ahora bien: esta suma de las perspectivas individuales, este conocimiento de lo que todos y cada uno han visto y saben, esta omnisciencia, esta verdadera " "razón absoluta" es el sublime oficio que atribuimos a Dios. Dios es también un punto de vista; pero no porque posea un mirador fuera del área humana que le haga ver directamente la realidad universal, como si fuera un viejo racionalista . Dios no es racionalista. Su punto de vista es el de cada uno de nosotros ; nuestra verdad parcial es también verdad para Dios. ¡ De tal modo es verídica nuestra perspectiva y auténtica nuestra realidad ! Sólo que Dios, como dice el catecismo, está en todas partes y por eso goza de todos los puntos de vista y en su ilimitada vitalidad recoge y armoniza todos nuestros horizontes . Dios es el símbolo del torrente vital, al través de cuyas infinitas retículas va pasando poco a poco el universo, que queda así impregnado de vida, consagrado, es decir, visto, amado, odiado, sufrido y gozado. 

Sostenía Malebranche que si nosotros conocemos, alguna verdad es porque vemos las cosas en Dios, desde el punto de vista de Dios. Más verosímil me parece lo inverso: que Dios ve las cosas al través de los hombres, que los hombres son los órganos visuales de la divinidad. 

Por eso conviene no defraudar la sublime necesidad que de nosotros tiene, e hincándonos bien en el lugar que nos hallamos, con una profunda fidelidad a nuestro organismo, a lo que vitalmente somos, abrir bien los ojos sobre el contorno y aceptar la faena que nos propone el destino: el tema de nuestro tiempo.  

VOCABULARIO: Omnimodo, yuxtaponer, omnisciencia, Malebranche, verosímil