DEBATE CURIOSO ENTRE CIENTÍFICOS

¿En qué medida las ciencias empíricas se basan en procedimientos de carácter inductivo? ¿La inducción es realmente fiable?

Estas preguntas han aparecido a menudo en la historia de los conocimientos científicos y de la epistemología. Y naturalmente las respuestas que han recibido son cualquier cosa menos unívocas; tanto que en torno a ellas han surgido interminables discusiones.

Se cuenta una divertida historia que ilustra muy bien las dificultades de los procedimientos inductivos.

Tres famosos científicos, los profesores Black, Brown y Smith, fueron a un congreso en Chi

 na. . Se encontraban en el tren y observaban ese país que no habían  visitado nunca. De repente vieron un rebaño de ovejas y entre ellas una oveja negra.

Tras un rato de meditación Black dijo: «Veis, colegas, en China hay ovejas negras". Los otros callaron un momento, luego  Brown le rebatió: «Siento no estar de acuerdo, ilustre colega.Todo lo que podemos deducir con seguridad de la observación es que " en China hay una oveja negra». Se quedaron los tres pensativos durante un largo rato y al final Smith concluyó: «No, eminentes colegas. La única cosa segura es que en China hay una oveja negra por un lado". 

¿Quien tenía razón? ¿Quién era mejor científico, el confiado Black,el  prudentísimo Smith o Brown, que se mantenía en medio?


Para concluir, volvamos a la historia de las ovejas en China.

¿Cuál de los tres científicos tenía razón?

La postura probabilística justifica la actitud del profesor Black. En realidad para obrar correctamente, Black no debería haber observado sólo ese determinado rebaño, que acaso podía tener una composición anómala. Se debería haber referido a un grupo de ovejas, pongamos cien, elegidas al azar entre todas las ovejas de China. Si en ese grupo hubiera encontrado una negra tendría que haber dicho que para una oveja china la probabilidad de que sea negra es de aproximadamente un uno por ciento (1 / 100). Considerando entonces los millones de ovejas que hay en China habría concluido correctamente que en ese país hay ovejas negras.

En cuanto a Brown, debería haber pensado que, si de verdad sólo hubiera existido una única oveja negra en toda China, la probabilidad de que hubiera estado precisamente en el primer rebaño que veía tendría que ser pequeñísima, prácticamente despreciable. Era pues razonable admitir que hubiera otras ovejas negras.

Por fin Smith tendría que haber sabido que la probabilidad de que una oveja sea blanca por un lado y negra por el otro es tan pequeña que hace que su cautela sea incluso ridícula.

 Dalla Chiara / di Francia, Confines. Introducción a la filosofía de la ciencia. Ed. Critica. 2001. Barcelona. Pags 67ss.