EL USO PRÁCTICO DE LA RAZÓN
4. Los postulados de la Razón práctica.
Los postulados de la razón son principios prácticos que
funcionan como condiciones para que sea posible la vida moral. Son hipótesis
teóricas que no constituyen un conocimiento teórico sinó
un acto de fe racional, de tal manera que el hombre pueda creer
en la posibilidad de alcanzar el bien supremo.
Son tres los postulados:
1. La inmortalidad del alma
El hombre ha de creer que es posible la adecuación entre la
voluntad y la ley (santidad) a través de un progreso indefinido.
Como la santidad no es realizable siendo finitos, se hace necesario
suponer la existencia y permanencia indefinida de la persona: la inmortalidad
del alma. Es una exigencia de la razón pura práctica que
no puede ser demostrara racionalmente.
2. La existencia de Dios
La existencia de Dios permite conciliar la moralidad y la felicidad.
Normalmente estamos divididos entre lo que debemos hacer (ley moral)
y lo que deseamos o nos gustaría hacer (felicidad). Es más,
actuar moralmente supone, en muchos casos, arruinar nuestra felicidad,
por ser la virtud más esforzada y árida que el deseo.
Por este motivo, postulamos la existencia de una causa de la naturaleza
que en sí armonize y contenga (como idénticas) la felicidad
y la moralidad o virtud. Esta causa es Dios.
Dios garantiza la felicidad de un obrar virtuoso.
Como vemos, Kant no piensa que la existencia de Dios pueda ser demostrada
racionalmente (es sólo una idea pura de la razón). Dios
puede ser pensado, pero no conocido. Es la razón práctica
la que nos conduce a presuponer su existencia como un ideal de la razón
práctica. La religión proviene de la moralidad, no al
revés. Y ésta moralidad es autónoma por encima
de cualquier consideración.
3. La libertad.
Ya habíamos visto que la libertad es la condición de
posibilidad de la moralidad: sin libertad las obligaciones morales (el
obrar o no conforme al imperativo categórico) no tendrían
sentido . Se ha de suponer, por lo tanto que el hombre es libre, que
puede vencer todos los obstáculos que le impidan cumplir la ley
moral para conseguir la felicidad.
Los postulados rehabilitan la metafísica tradicional desde la
razón práctica, desde la moralidad. No podemos saber si
la inmortalidad, la libertad y Dios existen real y objetivamente (ya
que ésto sobrepasa los límites de la experiencia posible).
Estos postulados no aportan, por lo tanto un conocimiento teórico.
Son una exigencia de la razón práctica que se da a sí
misma estos principios para orientar su acción y como condición
para alcanzar una vida virtuosa y feliz.