Identificación de argumentos
Es importante aprender a distinguir a los argumentos de meros grupos de proposiciones que no cumplen con los requisitos necesarios para hablar de argumentos. Recuerda que los argumentos consisten en grupos de proposiciones en los que hay algunos que actúan como premisas que, en virtud de la inferencia lógica, justifican otra proposición que llamamos conclusión. Por el momento aprenderemos a identificar argumentos, sin pronunciarnos sobre si se trata de buenos o malos argumentos (válidos o inválidos); esta cuestión la trataremos un poco más adelante, y constituye el grueso de Aprende Lógica.
Para decidir si estamos ante un argumento o no, simplemente apelaremos al sentido común y a un sencillo análisis del texto sobre el que hayamos de decidir, centrándonos en los siguientes aspectos:
Presunción de facticidad y presunción de inferencia
Quien presenta un argumento esta formulando (explícita o implícitamente) dos presunciones acerca de dicho argumento. Una es la presunción de facticidad, es decir, da por sentado (asume) que las premisas que se proporcionan son, de hecho, verdaderas. La segunda presunción es la presunción de inferencia, que asume que las premisas están conectadas con la conclusión de tal forma que la fundamentan, que le dan apoyo. De hecho esta relación inferencial entre premisas y conclusión es el núcleo de la lógica, y nuestro principal objeto de atención en Aprende Lógica, y la analizaremos de distintas maneras y desde diferentes ángulos.
Siempre que tratamos de convencer a alguien de algo argumentando ponemos en juego estas dos presunciones: la de facticidad para reclamar la relevancia real del asunto tratado en las premisas, y la de inferencia para mostrar la conexión entre las premisas y la conclusión. Por tanto, para decidir si estamos ante un argumento o no, debemos identificar se están presentes de manera adecuada tanto la presunción de facticidad como la de inferencia.
Si no es un argumento, ¿qué es?
Un buen método para determinar si una porción
de discurso (hablado o escrito) no es un argumento, es identificar qué
es entonces. A continuación ofrecemos un lista de posibles alternativas
cuando no encontramos en una porción de discurso premisas, conclusión
o relación inferencial lógica entre ambas.
(Haz clic en los enlaces de la columna de la
derecha para acceder a ejemplos de cada uno de los tipos descritos)
Advertencias | No se proporcionan razones (no hay premisas). Predomina la función apelativa y conativa. | Ejemplo
de advertencia![]() |
Enunciación de una creencia u opinión | No se proporciona un fundamento sólido, real para tal creencia u opinión. Aunque puede que exista la pretensión de que se reconozca tal creencia u opinión como verdadera, no hay un desarrollo sistemático de premisas-inferencia-conclusión en apoyo de lo enunciado. | Ejemplo
de creencia![]() |
Proposiciones vagamente relacionadas | Las proposiciones no están conectadas por relación inferencial alguna. | Ejemplo
de proposiciones vagamente relacionadas![]() |
Informes | Son simples enumeraciones de hechos, del tipo que aparecen en las noticias de los periódicos. No hay intención de probar nada, simplemente, se proporciona información sobre los hechos. | Ejemplo
de informe![]() |
Ilustración | Simplemente se ofrecen ejemplos de algo. | Ejemplo
de ilustración![]() |
Enunciados condicionales | Son enunciados con la estructura "Si... entonces..." Los enunciados condicionales no son argumentos en sí mismos, pero los argumentos con frecuencia se componen de varias proposiciones de este tipo. Lo que sigue al "si..." se denomina "antecedente" (es decir la condición), y lo que sigue al "entonces..." es el "consecuente" (es decir lo que sucede cuando se cumple la condición). | Ejemplo
de enunciado condicional![]() |
Explicaciones | Consiste en una aclaración
de por qué algo es el caso. Una explicación a veces es difícil
de distinguir de un argumento porque también involucra razones (similares
a las premisas). Pero, a diferencia de los argumentos, donde la conclusión
es "nueva" información, en una explicación el enunciado
que es explicado (el explanandum, la parte
que parece la conclusión) es normalmente un hecho comúnmente
aceptado. El explanans (los enunciados que
sirven para aclarar, que pueden ser similares a las premisas) es la nueva
información de una explicación, mientras que las premisas
son los hechos aceptados en los argumentos. En los argumentos se busca fundamentar información nueva a partir de información ya aceptada, mientras que en las explicaciones se busca aclarar información ya bien establecida. |
Ejemplo
de explicación![]() |