USO DE
RAZÓN. DICCIONARIO DE FALACIAS |
Falacia de las PREGUNTAS MÚLTIPLES o de la Cuestión Compleja, también llamada
Falacia
por presuposición |
Consiste en
confundir varias preguntas en una. Su objeto es inducir al adversario a
contestar globalmente con un sí o un no a sabiendas de que la respuesta no es
posible sin distinguir cada una de las preguntas y proceder por partes. ¿Le gustan a usted los gemelos? [Ana, sí; Jorge, no].
Si uno contesta distraídamente, con un sí o un no, como si se
tratara de una sola pregunta, corre el riesgo de equivocar la respuesta.
¿Qué le
ha parecido la iniciativa del presidente Clinton? [El presidente Clinton ha tomado varias
iniciativas: bombardear Irak, saltarse los acuerdos de Naciones Unidas,
atacar objetivos civiles, no solucionar el problema, correr una cortina sobre
sus entuertos eróticos. ¿A cuál de ellas se refiere?]
No toda pregunta múltiple es falaz. Con frecuencia los periodistas
amontonan varias preguntas en una y, aunque no siempre actúan de buena fe,
tampoco lo hacen siempre con mala intención. En cualquier caso, nada impide subdividir
las respuestas como a uno mejor le convenga o solicitar que se plantee cada
pregunta por separado. Nadie está obligado a responder dócilmente con un sí o
un no. Las preguntas complejas requieren respuestas matizadas. —
Señor presidente. Unos periódicos dicen que está usted satisfecho de las
economías que proyecta su ministro, y otros que está usted descontento. ¿Es
verdad? —
Verdad debe ser que digan eso los periódicos, si es usted quien los ha leído. — Pocos días antes del señalado para mi
boda caí en cama con una gastritis infecciosa. — ¿Ya está usted fuera de cuidado? — Respecto a la gastritis sí. Xaudaró.
Son mucho más peligrosas las preguntas tramposas, que
encierran presupuestos inaceptables: ¿Ha dejado usted de golpear a su marido?
Responda la interlocutora lo que responda, admite
implícitamente un presupuesto falso: que ha golpeado a su marido: Usted tenía un marido al que golpeaba y
ha dejado de golpear, O usted tenía un marido al que golpeaba y
no ha dejado de golpear.
He aquí la falacia: se trata de dos preguntas, pero sólo se
enseña una. La salida sensata es corregir la pregunta denunciando la falsedad
del supuesto: Nunca he golpeado a mi marido. —¿Has pensado ya qué vas a regalar a tu novio? — Eres muy hábil, mamá, pero no tengo novio.
No toda pregunta con presupuesto es falaz. Si consta que una
señora golpeaba a su marido no sería falaz preguntarle si ha dejado de golpearlo.
En este caso el presupuesto está justificado. La falacia busca apoyo en una
falsa presunción. ¿Dónde escondió usted las joyas del
robo?
Aquí lo que se da por supuesto es que robó las joyas. Si esta
pregunta se hace a una persona cuya participación en el delito está probada, no
encierra ninguna falacia. Por el contrario, si el destinatario de la pregunta
no ha reconocido su participación, está injustificada. ¿Va usted a decir la verdad esta vez (o tampoco)?
Sin comentarios.
Hay preguntas que llamamos cargadas porque presuponen la respuesta:
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Revisado: mayo de 2005 |
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Platón: Eutidemo.