VIDA PUBLICA
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1.4.      La Vida pública 

Si hasta 1910 la vida de Ortega permanece en el ámbito de lo privado, a partir de esa fecha comienza la vida pública de don José Ortega y Gasset, repar­tida entre la docencia universitaria y las actividades culturales y políticas extra-académicas. 

Tras una breve segunda estancia en Alemania en 1911, Ortega se entre­ga a su cátedra en el antiguo caserón de San Bernardo. Pero las inquietudes políticas del joven catedrático de Metafísica salen pronto a la luz, y en 1914 funda la Liga de Educación Política Española, con la que in tentará llevar a cabo sus proyectos regeneracionistas  desde posturas democráticas. Ese mismo año publica Meditaciones del Quijote, su primer libro. En 1916 es cofundador del diario El Sol, y en 1923, justamente el año del comienzo de la dictadura del general Primo de Rivera, funda y dirige la Revista de Occidente. 

Su enfrentamiento doctrinal con la política de la  Dictadura lleva a Ortega, en 1929, a dimitir de su cátedra universitaria y a continuar sus clases «en la profanidad de un teatro", clases que más tarde se publicarán con el título ¿Qué es filosofía? Así, forzado por las circunstancias, Ortega se convierte en uno de los 4 primeros filósofos españoles que explica su concepción de la filosofía ante el gran público. Tarea que por otra parte, quizás fuese el filósofo más indicado para llevar a cabo, pues en él se daban parejas las dotes de un gran filósofo y la capacidad de hacer asequible la filosofía a cualquier hombre culto. 

En 1930, coincidiendo con la «dictablanda" del general Berenguer, contra quien escribirá su famoso articulo titulado «El error Berenguer", que termina con la famosa frase Delenda est Monarchia!, Ortega recupera su cátedra y su participación en la política activa va en aumento, hasta el punto de convertirse en el centro de un grupo de intelectuales que propugnan el advenimiento de la II República Española. Así, en 1931, llegada la República, funda, junto con Gregorio Ma­rañón y Pérez de Ayala, la Agrupación al Servicio de la República. Gracias a la Agrupación es elegido diputado a las Cortes Constituyentes por la provincia de León; pero, una vez más, se 'repite la paradoja de todo filósofo «metido en política", pues en las Cortes se le oye y no se le sigue. La desilusión que le produce la vida de diputado lo lleva pronto a retirarse de la política activa y a disolver la Agrupación. Ortega, que deberla haber escarmentado con lo que aconteció a Platón, tuvo que ver su voz desoída para comprender que, por desgracia, no siempre las doctrinas políticas de un filósofo son atendidas por los gobernantes. 

Con ello, Ortega vuelve de nuevo a la actividad aca­démica y publica, en 1934, En torno a Galileo. En 1935 recibe un homenaje de la universidad quien ya es la figura más sobresaliente del panorama filosófico es­pañol del momento. También en 1935 publica otro libro importante: Historia como sistema.

Cfr “P.J. CHAMIZO, “Ortega y la cultura española” Edit. CINCEL . págs.29ss