MAXIMAS DE ORTEGA
(Tomadas
tras una detenida lectura del libro de Mercedes Martin Luengo,"Jose Ortega y Gasset" Grandes Biografias.
Ediciones Rueda. Madrid 1996)
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“España es el problema, Europa la solucion”
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“España es una posibilidad europea”
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“Soy un hombre que ama verdaderamente el pasado. Los
tradicionalistas, en cambio, no lo aman; quieren que no sea pasado, sino
presente. Amar el pasado es congratularse de que efectivamente haya pasado,
y de que las cosas... asciendan a la vida
mas pura y esencial que llevan en la reminiscencia”
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“Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo
yo”
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“Aprendamos
a ser los segundos, los terceros, los ultimos. Tal vez la mas profunda enseñanza
que da el roce con las cosas reales... es que la vida merece la pena de
vivirse aunque no seamos grandes hombres”
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“la
filosofia es la ciencia general del amor”
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"La claridad es la cortesia del filosofo"
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“las
raices de la cabeza están en el corazón”
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“Volverse
hacia el interior de sí mismo”
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“Filosofo
es el amigo de la observacion”
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“El
mutuo respeto e independencia entre hombres y mujeres es el motor del
cambio”
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“Llega
ser el que eres”
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“El
hombre vale por lo que hace y la mujer por lo que es”
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“La
obligacion de u n buen aficionado (a los toros) no es juzgar sino
apasionarse”
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“Escribir
en madrid es llorar”
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“El
tema de nuestro tiempo consiste en someter la razon a la vitalidad,
localizarla dentro de lo biologico, supeditarla a lo espontaneo, porque, al
fin y al cabo, la razon es sólo una forma y funcion de la vida”.
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“El
alma forma, pues, el recinto privado, frente al resto del universo, que es
en cierto modo, region de lo publico. El alma es “morada”, aposento,
lugar acotado para el individuo como tal, que vive así “desde “sí
mismo, no desde la logica o “desde” el deber.”
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“Pensar
la verdad y una vez pensada decirla, sea como sea, aunque lo despedace. Este
es el maximun de accion que al intelectyal corresponde”
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“Me
encanta molestar a la geometría”
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“Vivir
es encontrase con el mundo”
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“Sabemos
que la vida es - sobre todo, va a ser - dura. Aceptamos su rigor, no
intentamos sofisticar el destino. Porque sea dura no deja de parecernos
magnifica la vida”
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“Delenda
es monarchia”
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“Nuestro
autentico ser es nuestro destino. Porque es, precisamente, nuestro destino
lo que no se elige”
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“Vivir
es lo que hacemos y nos pasa”
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“El
hombre es un peregrino del ser, sustancial emigrante”
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“No sabemos lo que nos pasa, y esto es precisamente lo que nos
pasa, no sabemos lo que nos pasa”
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“La técnica es una vida inventada”
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“¿Cómo vivir maduramente el presente sin ser consciente de los
“proyectos de vida” que preceden al nuestro?”
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“Los principios de la teoria de la razon no son racionales, sino
que son simples urgencias de nuestra vida”
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“Es preciso tender a que las minorias intelectuales desalojen de su
obra todo pathos politico y humanitario yrenuncien a ser tomadas en
serio...por las masas sociales...”
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“El filosofo es un hombre en estado de alerta que percibe cualuier
movimiento en la espesura que rastrea”
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“No es el yo ni una cosa material ni una cosa espiritual: no es
ninguna cosa, sino una tarea, un proyecto de existencia”
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“La felicidad es la coincidencia de nuestro yo con las
circunstancias”
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“La filosofia no es un decir a otro, sino un decirse a sí mismo.
No es faena de sociedad, sino menester de soiledad. Filosofia es una especie
de robinsonismo”
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“La seriedad del escritor debe residir en lo que dice, no en la
forma en la que lo dice”
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“El mundo no es soólo piélago en que me ahogo, sino tambien playa
a que arribo...a la par intemperie y hogar”
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“El hombre no tiene futuro, es futuro”
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“Toda tecnica tiene esa dramatica tendencia y cualidad de ser una
fabulosa y grande “orotopedia” al servicio del hombre, la critaura mas
insatisfeca de la tierra y, en esencia, infeliz”
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“Entre las varias actividades del amor sólo hay una que pueda yo
pretender contagiar a los demás: el afan de comprension”
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“El mal humor insistente es un sintoma demasiado claro de que un
hombre vive contra su vocacion”
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“La primera condicion para lograr...divino buen humor es estar
conforme consigo mismo”
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“Filosofar es enfrentar el enigma de vivir”·
La
cortesía del filósofo
FERNANDO
R. LAFUENTE
EL PAIS - CULTURA Miércoles
15 noviembre
2000 - Nº 1657
José
Ortega y Gasset, en Aspen
(EE UU), en 1949
(Fundación Ortega y Gasset).
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Para Ortega, "la claridad es
la cortesía del filósofo", es decir, eso que ha señalado con
acierto Mermall: "Ortega es capaz de plantear al lector culto
importantes problemas filosóficos sin recurrir a un lenguaje
especializado". Lo cierto es que el lector siempre está presente en
la obra de Ortega. Es el lector quien subraya y finaliza, da sentido a
cada escrito. Ortega "dialoga" con el lector, lo apremia, le
advierte, en fin, lo seduce. Esta "condición dialógica", como
se ha mencionado en diversos trabajos, constituye un rasgo radical y
habitual en la expresión, en el continente y en el contenido de sus
escritos, en sus numerosas intervenciones públicas. La de Ortega es pura
obra abierta, porque el modelo de reflexión permite entrar -dicho sea en
ese lenguaje arcano y castizo que es el taurino- en corto y por derecho a
cada uno de sus ensayos. He ahí la rotunda identidad contemporánea de su
obra; he ahí, claro, la rotunda actualidad y la sugerente oportunidad de
este congreso que comienza hoy en Madrid. Porque es ahora cuando la vasta
empresa cultural y política, universitaria y estética -es decir, ética-,
emprendida por Ortega en las primeras décadas de este desasosegador
siglo, comienza a adquirir los perfiles, en relieve, de toda su misión
pedagógica; es ahora, estos días, este congreso cuando se muestra, sin
las vanas cortapisas de lo inmediato, los diversos matices de una obra
filosófica que atiende "lupa en mano" a "lo microscópico
de la vida", tal vez, como nadie hasta entonces había recorrido, y
da respuesta y sirve de guía en el tormentoso mar de la existencia
contemporánea. Ocurre, también, que los azarosos y caprichosos vaivenes
del siglo han devenido, y era de esperar, en otorgar a dicha obra toda la
vastedad intelectual que su autor pretendió, siempre prendida de la
realidad, de la vida, de la calle: "Nuestras palabras son en rigor
inseparables de la situación vital en que surgen" (Ortega). Sí,
pero se multiplican en el tiempo, se amplían en el espacio. Ortega crea
una tradición; es una voz fundacional del pensamiento en español (el énfasis
en la preposición no es inocente); modela una manera de abordar la
realidad que, transcurridos los años, supera la contingencia y si, tal
vez, buena parte de sus metáforas se quedan a merced del arbitrario
tiempo, asciende, en paralelo, un sistema de pensamiento constitutivo que
permite dar cumplida cuenta de la vida contemporánea sin menoscabo de su
trascendencia filosófica. Crea el lenguaje que necesita la filosofía
moderna para expresarse en español. Su proyección iberoamericana -alguna
vez el enorme escritor mexicano que fue, es y será Alfonso Reyes contó cómo
Ortega le había confesado que querría ser recordado como "Ortega,
el americano"- confirma ese carácter fundacional de un modelo de
expresión filosófica y ensayística ajeno hasta entonces en la lengua
española. Arte, Educación, Estética son los ejes que vertebran esta
conmemoración, tres de los iconos sobre los que se asienta y proyecta la
imponente arquitectura ensayística y filosófica de Ortega. Pero la
dimensión orteguiana se amplía, "cada individuo es un punto de
vista esencial" (Ortega), hasta romper el aparente carácter neutral
de la realidad. Ortega habla de "las cosas de la vida" tal y
como la vida misma se pone al paso del filósofo. Habla, con claridad, de
todo lo que se encuentra en ese espejo a lo largo del camino que es la
vida, en ese jardín de infinitos senderos que se bifurcan que es la
percepción -perspectiva y circunstancia- de la realidad. Con Ortega ya no
hay asuntos filosóficos, hay asuntos de la vida. Los mismos que se
cruzan, como personajes de una novela, en la vida del escritor. No hay
nada en su obra que no pertenezca al mundo que se mueve alrededor. El
logos de la vida: "Yo -confesará con enorme y serio humor, es decir,
con melancolía y cervantina ironía- tengo que ser a la vez profesor de
universidad, periodista, literato, político, contertulio de café,
torero, hombre de mundo, algo así como párroco y no sé cuántas cosas más".
El periódico se ha convertido en un ágora moderno, el espacio virtual,
primero y perentorio "en que se contrasta cada día la opinión pública".
Algunos no se lo perdonarían. Pero sólo algunos, porque el tiempo ha
jugado, de manera irremisible, a su favor. La obra de Ortega tiene un millón
de ventanas y cada una es un ámbito preciso de la vida. Y ahí sigue,
cada día escribiendo mejor y con más rotunda actualidad.
Fernando R. Lafuente es
director del Instituto Cervantes y acaba de preparar una edición de las
obras de Ortega para la editorial Espasa.
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